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Elena Sierra
Jueves, 28 de diciembre 2017
Las estaciones de esquí de la península han echado la casa por la ventana para atraer a los aficionados al deporte invernal por excelencia con inversiones destinadas a ampliar la distancia y la seguridad de las pistas, reforzar el apartado gastronómico e introducir novedades sin ... descuidar a los niños.
La andorrana Grand Valira, el dominio más grande del sur de Europa con sus 210 kilómetros de pistas, ha acometido una inversión de 11 millones de euros para esta temporada, y no solo se trata de mantener las instalaciones y preparar las pistas, sino de introducir muchas novedades. Algunas de ellas son los dos telesquíes nuevos, los de Lago de Cubil (Grau Roig) y Pic Negre (acceso zona freeride Pas de la Casa); cuatro pistas modificadas y mejoradas -Avet (sector Soldeu), Riberal (sector Grau Roig), Port (sector Pas de la Casa) y Esquirol (sector El Tarter)-, el 65% de la superficie esquiable cubierta por nieve de cañón; tres nuevas terrazas de madera, la del restaurante Pulka (sector Grau Roig), la terraza en la zona de debutantes a pie de pista del sector Pas de la Casa (Abelletes) y la del restaurante panorámico KSB Coll Blanc, que contará con música en directo; el nuevo Tea Lounge Experience by Dilmah (sector Soldeu)... En fin, que tratan de asegurarse de que el esquí se realice en las mejores condiciones tanto como de que el rato de descanso sea de lo más cómodo. Y en ese contexto, la estación ha acondicionado y rectificado dos pistas, Esquirol (sector El Tarter) y la pista azul Port (sector Pas de la Casa), para favorecer la progresión de los novatos o el snowboard; y también ha realizado modificaciones en dos de las pistas de Copa del Mundo, la de kilómetro lanzado y la de esquí alpino... Pero también sigue apostando por su Snow Club Gourmet, un club gastronómico que reúne a una selección de 28 marcas de prestigio y que ofrece eventos gastronómicos.
Y como detalle para gente de espíritu muy competitivo, está en funcionamiento el Skiline Speed Check, un sistema que mide la velocidad de descenso en una pista ambientada con los personajes del Mon(t) Magic y que permite que el esquiador registre su velocidad y participe en varios premios.
La orientación norte de sus pistas y un entorno natural de cuento siguen siendo baza de la que tal vez sea conocida como la estación de esquí con más famoso por metro cuadrado de la Península. Aparte de haber renovado para esta temporada la cafetería El Bosque, situada a sus buenos 1.800 metros de altura, para hacer el espacio más amplio y fluido -y ganar puntos en la comida, que amplía la oferta con pizzas, carnes a la brasa y platos del día-, ha ensanchando los lugares más estrechos de la pista Cara Norte para facilitar el acceso a los esquiadores de nivel intermedio y ha realizado una pequeña diagonal, la nueva pista Blanqueta, para conectar la parte baja del Tubo Nere.
La de Candanchú se presenta cada temporada como una de las mejores estaciones de esquí españolas para ir con niños. Y es así, entre otras cosas, porque tienen lo que llaman Candanchulandia, o el jardín de nieve. Los menores de entre 2 y 7 años pueden tener aquí su primer contacto con la nieve, probarse los esquíes por primera vez, deslizarse en ambiente controlado si ya conocen los rudimentos del deporte o jugar en una cabaña de estilo nórdico. Y todo mientras los padres y las madres están a lo suyo. Para los que prefieran no separarse de sus pequeños ni un rato, otra zona acotada permite tirarse en trineo sin miedo a llevarse a algún esquiador por delante; y además la cinta transportadora lo pone fácil para subir una y otra vez hasta el punto de inicio del descenso. Cuando ya el interés por calzarse los esquíes gane a los juegos, la escuela para niños y adultos acogerá sin dudarlo a los nuevos aficionados con clases particulares y cursillos de todas las modalidades.
Dos de las estaciones del Pirineo catalán, en la Baja Cerdaña, en Girona, celebran este invierno aniversario de importancia. Son las de La Molina, 68 kilómetros de pistas a una altitud entre 1.700 y 2.445 metros, que celebra los 75 años de la instalación del primer remonte en España (se dice que los aficionados ya habían descubierto estas cuestas para practicar el deporte blanco mucho antes, a comienzos del siglo XX); y la de Masella, que va ya por los 50 y con la que La Molina forma el dominio esquiable Alp 2500. Las dos estaciones están enlazadas por un telecabina en la montaña de Tosa. Los actos centrales del aniversario de La Molina no serán hasta el mes de marzo, cuando tendrá lugar allí la Copa del Mundo de Snowboard Cross. Y hablando de este deporte, existe un bono regalo que incluye un forfait de La Molina de 1 día (de 9.00 a 16.45 horas), una jornada entera de alquiler de material de snow (el equipo completo) y el seguro correspondiente que está para hacer feliz a cualquier familiar o amigo que se pirre por hacer piruetas en la nieve. El bono para adultos mayores de 26 años es de 55,40 euros.
Para los más comodones, hacen excursiones en moto de nieve por las montañas del Pirineo de Girona. Los recorridos van de los 15 minutos a los 90 y pueden realizarse de noche, explotando al máximo la sensación de inmersión en la naturaleza. Las motos de nieve son monoplaza o biplaza y disponen de calefacción, y el casco va incluido. Sale por 25 euros la media hora si se viaja de acompañante y 60 si se ejerce de conductor.
En la estación cántabra ofrecen, como experiencia alternativa, un viajecito en máquina pisapistas que sube desde la Oficina de Información hasta El Chivo, a algo más de 1.800 metros de altitud. El paseo ‘Las Huellas del Chivo’ dura solo 15 minutos y está pensado para que los viajeros disfruten del paisaje y, también, de la comida de la cafetería. Y vuelta. Si las condiciones meteorológicas lo permiten, las subidas están programadas cada hora entre las 10.00 y las 15.00 y las bajadas, cada hora entre las 11.30 y las 15.30 (y a las 16.00). En cada máquina entran 14 pasajeros y no se recomienda para personas con movilidad reducida, ya que no es tan fácil subirse a la pisanieves. Los billetes están a la venta en la oficina por 15 euros para adultos y 10 para niños de entre 6 y 12 años.
Otras que son conocidas por ofrecer actividades para toda la familia son las estaciones de Formigal y Panticosa, que juntas siguen formando el dominio esquiable más grande en España con sus 176 kilómetros de pistas dispersas por seis valles. En los últimos años el grupo Aramón ha ido ampliando el abanico de actividades y, además de seguir cuidando las zonas destinadas a los niños y familias y de continuar ofreciendo el forfait común en ambas estaciones -unidas por un autobús que circula toda la jornada-, tiene el circuito de 1.600 metros de largo y plagado de obstáculos del ‘boarder cross’ para practicar snowboard; y también el paquete denominado Tobogganing, que consiste en el ascenso por la tarde en el telesilla de Sallent, una cena en la Trattoría Cantal y el descenso, ya bajo la luz de la luna si el cielo se porta bien, en un trineo clásico de madera por los dos kilómetros y medio de una pista iluminada. Esto es posible los jueves y los sábados, entre las 18.30 y las 22.00 horas y por un precio de 42 euros. Un poco más hay que invertir en una cena que puede ser de lo más romántica, aunque en principio está pensada para grupos de mínimo 10 personas (es cuestión de reservar llamando al 974498282 y ver si se llena la mesa). Se trata de una de las cenas más exclusivas del mundo, pues se sirve en una cabaña con capacidad para 14 personas situada a más de 2.000 metros de altura, a la que solo se puede acceder en máquina pisapistas. En el menú hay carnes a la brasa, potaje, postres caseros y café y una amplia carta de vinos, champagnes y cervezas que se enfrían, cómo no, en la nieve. ¿Cuánto? 100 euros por comensal.
En la estación de Cerler, que pertenece al mismo grupo, la temporada pasada innovaron creando las rutas Skimo, es decir, recorridos de esquí de montaña con distancias de subida de entre 1 y 4,6 kilómetros y con opciones tanto para debutantes como para experimentados; Pico Cerler, por ejemplo, tiene un desnivel de subida de 903 metros en sus algo menos de cinco kilómetros, pero la ruta de iniciación solo 148 metros en 1,2 kilómetros de camino. La App Aramón permite cronometrar recorridos y acceder a información detallada de las rutas. Este año, la apuesta es el Freeride: tras el nevadón, se deja una pista sin pisar pero ‘asegurada’ para que los aficionados den sus primeros pasos.
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