«El espacio condiciona nuestra vida, las relaciones sociales; hay que ser creativos»

La responsable del equipo, Cristina Merino, señala que «el espacio condiciona nuestra vida, las relaciones sociales, y las viviendas, sobre todo en las ciudades, son en general pequeñas». Eso no se puede cambiar, por lo que animan a «la creatividad, a convertir las diferentes zonas en polivalentes maximizando el espacio, transformando la habitación también en zona de trabajo, de estudio o de ocio». Asimismo, cree necesaria una «utilización de espacios individuales», concediendo a los compañeros de encierro «privacidad» en algún momento.

Eso, especialmente en los casos en los que viven en la misma casa muchas personas, puede ser difícil. De acuerdo a su experiencia, «las familias numerosas -hay más de 25.000 en Euskadi- y las reconstituidas, en las que están conviviendo personas con hijos de parejas anteriores», son las que más problemas pueden tener para afrontar el confinamiento. En estos casos, la guía del Gobierno vasco aconseja establecer «patrones de conducta», una serie de normas que pueden quedar reflejadas «por escrito en un póster que todos vean cada día y así poder apreciar lo que cada uno y cada una aporta a la convivencia».

Merino es conscientes de las dificultades que entraña, pero cree que el aislamiento va a sacar algo positivo: «Se hablarán problemas que ya estaban de antes, y se podrán solucionar».