![Bomberos de Bilbao en el Cumbre Vieja: «Los gases son letales»](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202112/22/media/cortadas/bomberos22-kzAC-U160330501464LyC-1248x1300@El%20Correo.jpg)
![Bomberos de Bilbao en el Cumbre Vieja: «Los gases son letales»](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202112/22/media/cortadas/bomberos22-kzAC-U160330501464LyC-1248x1300@El%20Correo.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
El volcán de Cumbre Vieja lleva ocho días de relativa calma. Después de tres meses de erupción, el notable descenso de la actividad eruptiva en La Palma es interpretado como el principio del fin de un fenómeno natural que ha destruido casi 3.000 construcciones ... y, sobre todo, sacudido de lleno la vida de miles de palmeros. Pero los expertos siguen pidiendo prudencia. Los signos son positivos, pero hay que esperar a la evolución de los próximos días. El volcán parece dormido, pero todavía no lo está. Todavía se detectan algunas «deformaciones» en el suelo, emanaciones de gases tóxicos e incluso algunos pequeños aportes de lava en los estratos inferiores.
En estas circunstancias, no se puede bajar la guardia. Los que están sobre el terreno asumen que todavía queda batalla para largo. El problema es que los meses de lucha contra el volcán pesan, y los profesionales están ya saturados. Necesitan descansar. Y a uno de los primeros colectivos que han llamado para echar una mano es a los Bomberos de Bilbao.
Ignacio García, jefe de operaciones en la capital vizcaína y geógrafo especializado en riesgos naturales, ya estuvo apoyando en la isla a finales de septiembre. En ese momento, la erupción estaba totalmente descontrolada y de lo que se trataba era de trazar «posibles ventanas de actuación operativas» para los bomberos y posibles «intervenciones quirúrgicas» para tratar de salvar elementos estructurales de la isla. Ahora, la situación es distinta, pero han vuelto a recurrir a él para que les ayude. No va solo.
Son dos equipos de la capital vizcaína, que permitirán descansar durante gran parte de las navidades a los bomberos de las distintas islas que llevan tres meses turnándose para trabajar en La Palma. El primer grupo, compuesto por seis efectivos, llegó el lunes y estará hasta el día 26. Es decir, pasará el grueso de las navidades fuera de sus casas. El segundo equipo, de ocho componentes, estará en la isla entre el 10 y el 16 de enero. También han echado un cable los profesionales de Málaga.
García explica que una de sus funciones es dar apoyo a los bomberos de La Palma, que son voluntarios. En la primera reunión decidieron formar dos grupos de trabajo. Uno se encuentra en el norte, en la zona de La Laguna, dando apoyo a un retén.
Los otros profesionales están en la parte sur con técnicos del Cabildo. Aquí, entre otras cosas, se dedican a hacer mediciones de gases en dos de los barrios que fueron evacuados ante el temor de que la colada de lava pudiese llegar hasta allí. Se trata de Puerto Naos y La Bombilla. Las autoridades quieren volver a abrirlos para recuperar la normalidad cuanto antes, pero lo cierto es que tienen «muchos problemas» con antiguas canalizaciones y la situación está lejos de poder ser considerada como controlada.
Uno de los aspectos que más preocupa son los gases tóxicos que emanan de esas canalizaciones. «Los valores son muy elevados y letales en todos los espacios confinados», indica el jefe de operaciones de Bilbao. En una reciente reunión en el puesto de mando -añade- los técnicos han insistido en que el problema con los gases es «muy grave» y, además, que va «para largo». «Seguimos con valores altísimos, letales, de dióxido de carbono. El nivel de oxígeno baja en puntos hasta el 15%», explican los bomberos vascos. «Es asfixiante. No se puede estar sin máscara», subrayan.
En base a todos estos datos, los profesionales de la capital vizcaína insisten en que el proceso eruptivo «no ha parado todavía». También han realizado reconocimientos en el barrio de las Manchas, donde se ha detectado la aparición de nuevas grietas y fisuras.
En septiembre, Ignacio García, bilbaíno de 42 años, llegó a La Palma como «analista». Estuvo sobre el terreno con otros dos profesionales de Madrid y Galicia cuatro días. Su misión era compartir sus conocimientos y «dar soporte» al puesto de mando que está tratando de minimizar la catástrofe del volcán. En esta ocasión, su misión es distinta. Básicamente, permitir que los bomberos de La Palma se tomen un respiro. Pero el sentido último sigue siendo el mismo: ayudar en lo que se pueda.
3.000 es el número de construcciones destruidas por la lava del volcán.
Técnicos «El problema de los gases es muy grave, y los especialistas dicen que va para largo»
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.