El acusado por los crímenes de Bilbao entró en España en un vuelo de Panamá en 2019

El consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, reveló que llegó al País Vasco procedente de Bruselas. En octubre de ese mismo año pidió asilo político en la comisaría de Indautxu, en Bilbao, que le fue denegado tras los trámites ordinarios.

Volvió a solicitarlo por segunda vez en junio de 2020. Se le rechazó de nuevo y, a principios de septiembre, se abrió contra él lo que se denomina una salida obligatoria, un trámite previo a la orden de expulsión. Cuando se cometieron los hechos en los que presuntamente estaría implicado, se encontraba ya en situación irregular.

Por otro lado, la Ertzaintza ha registrado durante dos días el piso de una de las posibles víctimas del sospechoso de los crímenes de gais en Bilbao en busca de pruebas que demuestren que estuvo allí. La inspección policial se desarrolló entre el pasado miércoles y la mañana de este jueves en una vivienda de la calle Olano, situada entre los barrios de Bilbao la Vieja y Miribilla.

Agentes de la Policía Científica abandonaron el lugar alrededor de la una de la tarde cargando dos bolsas con posibles evidencias que, a partir de ahora, se analizarán en sus laboratorios. Entre otros indicios, los policías rastrearon restos biológicos como pelos, cuyo ADN podría demostrar la presencia en el domicilio del sospechoso, que se encuentra en prisión provisional. Por eso los ertzainas se llevaron prendas de ropa. Al registro también acudieron agentes de investigación.

Según vecinos del inmueble, el piso estuvo ocupado por Koldo Martínez, de 53 años y concejal en Berango por Elkarrekin Podemos. Vivía solo con su perro y fue encontrado sin vida al finalizar el pasado verano. «Yo estaba de vacaciones en el pueblo, pero me avisaron de que Koldo había aparecido muerto -explicó una de las fuentes-. Era muy reservado. Siempre que le veía salir de casa y me le cruzaba en el ascensor iba acompañado del perrito».

Según ha podido saber este periódico, el hallazgo del cadáver se produjo a comienzos de septiembre, por lo que habrían transcurrido ya ocho meses desde entonces. Cronológicamente, se trataría del primero de los casos que la Policía autonómica relaciona con la trama de la red de contactos. Su familia también detectó movimientos extraños en las cuentas del fallecido, que están siendo analizados. La autopsia concluyó que se trataba de una muerte natural sin un origen claro.

No fue hasta meses después cuando agentes del Servicio de Investigación Criminal Territorial de Bizkaia (SICTB) encontraron extraños vínculos entre este y otros casos que hicieron saltar las alarmas. El presunto homicidio cometido el 18 de octubre, en el que posteriormente los forenses encontraron GHB en el cuerpo de la víctima, y el intento de homicidio de mediados de diciembre, cuando un hombre logró zafarse del sospechoso, que huyó olvidando una mochila con el pasaporte, resultaron claves para destapar la posible trama.

En total, la Ertzaintza investiga seis episodios, según confirmó el consejero de Seguridad, Josu Erkoreka. Además del homicidio y el intento ya mencionados, hay otro en grado de tentativa y tres muertes más sospechosas, entre ellas la de Koldo Martínez. Todos ellos eran homosexuales que chateaban en una aplicación de ligues.

El registro policial de su domicilio abre un nuevo capítulo en una investigación que «va para largo», en palabras pronunciadas ayer por Erkoreka. Además del estudio exhaustivo del contenido de los teléfonos móviles y de las tarjetas bancarias, se está a la espera de los resultados toxicológicos. Se han descongelado las muestras de sangre de tres cadáveres por si se pudiera localizar aún éxtasis líquido o cualquier otra droga de sumisión, muy difíciles de detectar porque se eliminan rápidamente del organismo.