El origen de la atribución al cineasta de la filmación del paseo de Neil Armstrong y Buzz Aldrin por el mar de la Tranquilidad es uno de los episodios más grotescos de la conspiración lunar
Atención, pregunta: ¿quién descubrió que nos han engañado a todos y Stanley Kubrick falsificó el primer alunizaje para la NASA? ¿Un investigador de lo oculto, un participante en un foro de humor de internet o un crítico cinematográfico? Opte por una de estas tres respuestas antes de seguir leyendo, a no ser que esté convencido de que la llegada del hombre a la Luna no la filmó Kubrick, sino Steven Spielberg, cuya genialidad a la hora hacernos creer lo increíble es indiscutible. Si para usted los alunizajes fueron reales, entre también en el juego. Suspenda su incredulidad.
La idea de que el primer alunizaje se rodó en un plató, como pasa con la llegada a Marte en la película 'Capricornio Uno' (1977), de Peter Hyams, es tan antigua como la hazaña de la que acabamos de celebrar el cincuentenario. Según los periódicos de la época, en junio de 1970 había estadounidenses que creían que las imágenes de las dos misiones Apolo que hasta ese momento habían aterrizado en el satélite terrestre se habían rodado en Arizona o en uno de los escenarios lunares donde la NASA había entrenado a los astronautas. Es posible que ya entonces alguien dejara caer como artífice del engaño a Kubrick, que había estrenado '2001: una odisea del espacio' en 1968, pero no era una idea generalizada, ni mucho menos.
La conspiración, hace 50 años
A finales de los 60 y principios de los 70, la conspiración lunar no contaba con muchos adeptos. Puede aventurarse, a partir de sondeos de opinión, que los negacionistas suponían alrededor del 5% de la población estadounidense, si bien eran bastantes más en la comunidad negra, enfrascada en su propia lucha, los derechos civiles, y que consideraba la carrera lunar algo ajeno. Esa marginalidad de la 'conspiranoia' hizo que Peter Hyams, que tenía escrito el guion de 'Capricornio Uno' en 1972, no consiguiera en ese momento el apoyo de ningún gran estudio, según cuenta el historiador espacial Andrew Chaikin en su ensayo 'Live from the Moon: the societal impact of Apollo' (En vivo desde la luna: el impacto social de Apolo, 2007). Poco después, el Watergate minó la fe de los estadounidenses en su Gobierno y sembró la desconfianza hacia las 'versiones oficiales'.
Aldrin instala un sismómetro en la superficie lunar el 21 de julio de 1969.
NASA
Cuando en 1974 el bibliotecario Bill Kaysing publicó 'We never went to the Moon' (Nunca fuimos a la Luna), tuvo que recurrir a la autoedición, lo que demuestra que la idea ni siquiera daba para vender libros en una década en la que las editoriales se volcaban en todo el mundo en explotar las creencias en visitas extraterrestres, en la actualidad y en la Antigüedad, y en poderes paranormales. En su panfleto, Kaysing presenta como pruebas del engaño lunar que no hay estrellas en las fotos –la realidad es que su brillo era muy débil como para impresionar los negativos– y que la bandera estadounidense ondea, cuando en realidad cuelga de un travesaño.
Es el primero que apunta un sitio concreto para el rodaje de los alunizajes, a una hora en coche de Las Vegas. Sus razones son que los astronautas y el personal implicado en el engaño necesitaban un sitio donde pasarlo bien, y que «las empleadas y secretarias del centro de control del Proyecto de Simulación de los Apolo (ASP) fueron reclutadas en los casinos de Las Vegas, lo que se sumó al atractivo general del lugar». Kaysing sitúa el cuartel general del ASP en el Área 6 del Sitio de Pruebas de Nevada, una región de 3.500 kilómetros cuadrados de desierto escenario de centenares de ensayos nucleares desde 1951, que linda con el Área 51, donde en las siguientes décadas algunos autores han localizado los falsos alunizajes, pero cuya existencia nadie conocía en los años 70. Lo que no hace en ningún momento es citar a Kubrick como director cinematográfico del montaje, así que no es muy arriesgado aventurar que la implicación del cineasta en el fraude lunar no se contemplaba a mediados de los 70 ni en los ambientes más 'conspiranoicos'.
'Operación Luna'
La vinculación de Kubrick con la falsificación de los alunizajes es marginal hasta que en 2002 el francés William Karel rueda 'Opération Lune' (Operación Luna). Este documental cuenta, a través de testimonios de Buzz Aldrin, Henry Kissinger, la viuda de Kubrick, Donald Rumsfeld y Vernon Walters, entre otros, cómo, ante la imposibilidad técnica de poner hombres en la Luna antes de finales de la década de los 60, la Casa Blanca contrata al director de '2001' para recrear los alunizajes. Aldrin, Kissinger y el resto de los participantes respaldan esa tesis, algunos consciente y otros inconscientemente.
Porque 'Operación Luna' es un falso documental, una ficción presentada como reportaje en la que la viuda de Kubrick se prestó a colaborar y los políticos lo hicieron sin saberlo: sus testimonios que parecen respaldar la idea de la conspiración lunar están sacados de contexto, son extractos de respuestas sobre un escándalo real, el del Watergate. Al final del filme, mientras pasan los créditos, todos se ríen al enterarse de lo que Karel va a hacer con sus declaraciones. Evidentemente, el canal Arte y el cineasta francés apuestan por un proyecto así porque ya existe en internet el runrún de que Kubrick pudo rodar los alunizajes, aunque un año antes el documental que impulsa la conspiración como ninguno antes, 'Conspiracy theory: did we land on the Moon?' (Teoría de la conspiración: aterrizamos en la Luna), de la cadena Fox, ni siquiera menciona al director. ¿Pero cuál es el origen de ese runrún?
Aldrin desciende del módulo lunar el 21 de julio de 1969.
NASA
Y la respuestas es...
Si a la pregunta sobre el descubridor de la implicación de Kubrick en la conspiración lunar que le hacía al comienzo de estas líneas ha respondido que un participante en un foro de humor de internet, felicidades. Ha dado en el clavo. Fue en noviembre de 1995, cuando todavía estaban conectados a la Red cuatro gatos, cuando un usuario de un grupo de humor de Usenet reveló al mundo cómo a principios de 1968 la NASA contactó en secreto con Kubrick para falsificar el primer alunizaje a cambio de una importante suma de dinero. En un principio, el realizador se negó porque estaba en plena posproducción de '2001', pero cedió cuando le prometieron acceso a artefactos alienígenas y a la filmación de las autopsias de los extraterrestres accidentados en Roswell. Así que, durante meses, él y Douglas Trumbull –artífice de los efectos especiales de '2001', 'Encuentros en la tercera fase' y 'Star trek'– trabajaron en la construcción de los decorados para los aterrizajes del 'Apolo 11' y el 'Apolo 12'.
Para reproducir «un convincente paisaje lunar» para el 'Apolo 11', el perfecccionismo de Kubrick llegó a extremos increíbles, según el autor de un mensaje que en ocasiones han citado los 'conspiranoicos'. «Particularmente molesto fue el desafío de recrear las duras condiciones de iluminación y el ambiente de un sexto de gravedad de la Luna», dice el texto, del que los promotores de la conspiración suelen omitir la parte que sigue: «Consecuentemente, las secuencias del paseo lunar se filmaron realmente en el mar de la Tranquilidad. Kubrick no acompañó a la tripulación al sitio lunar debido a su conocido miedo a volar. Sin embargo, todas las escenas fueron cuidadosamente escritas de antemano, y Kubrick fue capaz de dirigir remotamente desde el Centro Espacial Johnson, en Houston, una película recreando el primer alunizaje».
Sí, ha leído bien. La idea de que Kubrick falsificó los alunizajes se basa en una texto humorístico de internet de 1995 según el cual, para que todo fuera lo más realista posible, se mandó una misión tripulada a la Luna y el cineasta dirigió el rodaje desde el centro de control de Houston. De locos. Pero nada extraño en un mundo, el de los 'conspiranoicos', donde un mismo autor puede afirmar a la vez que los alunizajes fueron fasificados y que los astronautas de 'Apolo 11' encontraron ruinas extraterrestres en la Luna.
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