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El padre Quevedo realizando una demostración de levitación en los años 70. El Correo
Un jesuita entre 'poltergeists'

Un jesuita entre 'poltergeists'

La parapsicología española pierde a Óscar González Quevedo, el sacerdote que creía en lo paranormal, pero se hizo famoso en Latinoamérica desenmascarando a charlatanes

Martes, 26 de febrero 2019, 00:53

La parapsicología latinoamericana está de luto. Ha perdido a una de sus figuras más relevantes. El jesuita español Óscar González Quevedo murió el 9 de enero en Belo Horizonte (Brasil), a los 88 años. Autor de libros como 'Las fuerzas físicas de la mente' (1969) y 'Qué es la parapsicología' (1969), su visión del mundo compatibilizaba la creencia en fenómenos como la telepatía y la adivinación -«se puede prever lo que va a pasar en el futuro, pero no más allá del campo de existencia»- con un beligerante escepticismo centrado en los desaprensivos que se aprovechan del dolor ajeno.

Uno de sus blancos preferidos fueron los cirujanos psíquicos, que fingen realizar operaciones quirúrgicas con las manos, sin anestesia y sin dejar cicatriz. El actor Peter Sellers y el cómico Andy Kaufman confiaron en ellos para solucionar graves problemas de salud y murieron prematuramente. Sus demostraciones de cirugía psíquica y fenómenos como la levitación, usando trucos de ilusionismo, hicieron famoso a Quevedo en Latinoamérica.

Nacido el 15 de diciembre de 1930 en Madrid, Óscar González Quevedo estaba a medio camino de otros dos jesuitas también célebres por sus andanzas paranormales: José María Pilón y Carlos María de Heredia. El primero, un español de credulidad infinita, fundó en 1987 un grupo de cazafantasmas todavía activo y aseguraba que con un péndulo podía localizar cosas y personas. El segundo, mexicano, era ilusionista y amigo de Harry Houdini, y se hizo famoso en Estados Unidos hace un siglo por demostrar que no hay nada sobrenatural en el espiritismo, sino solo engaños.

Milagros y 'milagros'

La parapsicología «puede ser útil a la religión para desvelar si determinados 'milagros' son verdaderas expresiones divinas o si, por el contrario, son fenómenos naturales o parapsicológicos», explicaba el padre Quevedo en 1992 en una entrevista en 'Más Allá'. La revista esotérica española no compartía «muchas» de las afirmaciones del sacerdote. «En algunos casos, entendemos incluso que sus informaciones son erróneas», advertía el autor en referencia a la negativa opinión que tenía el clérigo de Uri Geller, el cirujano psíquico Zé Arigó, el vidente Edgar Cayce y las caras de Bélmez, que consideraba «un fraude».

El padre Óscar González Quevedo, en una imagen de hace unos años. El Correo

Para él, aunque Geller era «simplemente un prestidigitador», tenía la capacidad de «desencadenar fenómenos paranormales» entre su público. La credulidad del padre Quevedo era también evidente en el caso de Nostradamus, «quizá, el adivino más grande la Historia». Tendía, además, «a refutar vehementemente las creencias convencionales de los parapsicólogos y ofrecer como contraparte creencias paranormales de cuño propio, sumamente influidas por su visión religiosa», recuerda el periodista argentino Alejandro Agostinelli.

Así, creía en los 'poltergeists', pero sostenía que no eran espíritus, sino emisiones de energía humana, y mantenía que las imágenes religiosas que lloran lo hacen por la transmisión paranormal de «las lágrimas o la sangre de algún devoto hipersensible o histérico». En el plano religioso, el padre Quevedo negaba la posesión demoniaca. «No existe», decía en 1975 en una entrevista publicada en este periódico que molestó al entonces penitenciario de la catedral de Bilbao, Francisco Álvarez. «Es lamentable que problemas tan serios y que atañen a la entraña de la fe católica se despachen en dos palabras con tanta ligereza e imprecisión», se quejaba al día siguiente.

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