Domingo, 18 de diciembre 2022, 01:51
Los actuales responsables de la DYA están convencidos de que su apurada situación económica tiene solución. El gran problema, mirando a futuro, es la deuda que arrastran por la compra de Can Padró. Pero creen que pueden aliviar la tensión de la tesorería con un ... nuevo acuerdo con Eulen, la empresa a la que adquirieron la finca de Cataluña dedicada al entrenamiento de cuerpos de seguridad y emergencia.
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En este contexto, según las fuentes consultadas, la DYA ha llegado a ofrecer a la empresa madrileña la venta de varias de sus sedes que no tienen uso en la actualidad. La entidad benéfica cuenta con 18 propiedades en Bizkaia, destacando algunos locales con hasta 400 metros cuadrados de superficie.
Hasta la fecha, el principal problema que impedía a la ONG desprenderse de algunas de sus propiedades era que se habían puesto como garantía para otros préstamos solicitados por mercantiles relacionadas con la DYA. Pero esta situación ha cambiado en parte en este 2022. Así lo destaca el auditor en su nota número 20 (dentro de su informe sobre las cuentas de 2021) y que hace referencia a hechos posteriores al cierre del ejercicio. Destaca el profesional que la entidad creada por Usparitza ha vendido sus participaciones en la compañía Soluciones Integrales de Emergencia (SIE), que había depositado avales por un millón de euros procedentes de la propia DYA para entrar en un concurso público de transporte sanitario en Aragón. Su salida de SIE ha logrado liberar esos avales. También reseña el auditor que este año a Emergencias Plus se le ha transferido desde la DYA la cantidad de 110.000 euros para liberar otros 725.000 euros en avales que estaban apalancados.
El informe de fiscalización de cuentas pone especial énfasis en la necesidad de llegar a un acuerdo con Eulen. Subraya que la interposición de la querella ha supuesto la «paralización» de los pagos pendientes, toda vez que la gestión del anterior responsable está judicializada y los nuevos directivos consideran que los acuerdos que alcanzó son «nulos de pleno derecho».
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En la actualidad, la sede central de la DYA es un inmenso local alquilado en las torres de Garellano. La entidad benéfica paga 10.000 euros mensuales y el contrato se firmó a 25 años, un contrato suscrito por Izaguirre del que también se quieren deshacer.
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