
Hace una semana, el montañero bilbaíno Mikel Lorente perdió la vida en el Pirineo aragonés a los 38 años tras sufrir una caída desde unos 300 metros de altura. Cuando se produjo el accidente, el guarda titular del refugio de Cap de Llauset intentaba hacer cumbre en el Pico Rusell Oriental, en el Parque Natural Posets-Maladeta, en el término municipal oscense de Montanuy.
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Sus compañeros han querido rendirle un emotivo homenaje en redes sociales. «Será un orgullo que nos dejes, aunque solo sea un poquito, de tu mirada a la vida, a la montaña y a la gente que vale la pena», escriben. «El interés sincero que tenías por todo lo que te rodeaba, la pasión radiante por la naturaleza, por la libertad en las montañas, tu saber estar en cualquier situación, el humor y tu forma de reír», añaden. «Sin duda nos dejas, a los que hemos compartido parte de esta vía contigo, un corazón mucho más grande. Pura vida Mikel», indican y agradecen las infinitas muestras de cariño que han recibido estos días.
Desde el refugio de Góriz, en el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido, también recuerdan al fallecido. «Hoy justo hace una semana que la montaña que tanto amamos nos mostró su lado más cruel. Mikel nos dejó para ir a sobrevolar las montañas del cielo», escriben.
«Los que trabajamos en los refugios, en nuestro día a día, sabemos que esa dualidad amor odio puede surgir de repente, pero jamás se está preparado para afrontarla», aseguran. Las montañas son nuestra vocación y para Mikel fueron un ejemplo a seguir», detallan.
«Seguiremos aquí arriba alejados de la civilización soñando con un mundo mejor, donde la montaña nos vuelva a sonreír a cada atardecer», añaden. Así, también han querido mandar un fuerte abrazo a los seres queridos del montañero así como a sus compañeros de Cap de Llauset «que tuvieron el placer de compartir con él su pasión por las altas cumbres pirenaicas, allí donde empiezan los sueños», concluyen.
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Nacido en Bilbao en 1986, Lorente era uno de los tres guardas del establecimiento por donde pasan muchos montañeros en verano y también esquiadores en invierno. Comenzó a llevar este modo de vida en 2007. Primero, conoció los secretos del oficio en el refugio catalán de Colomers, donde permaneció una década antes de desplazarse a Llauset, a 2.425 metros de altura. Desde hace un año vivía junto a su mujer y su hijo de 11 años en la localidad de Senet, perteneciente al municipio de Vilaller (Lérida) y muy cerca de su lugar de trabajo.
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