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b. vergara | k. domínguez
Lunes, 1 de agosto 2022, 00:58
La psicosis desatada en Euskadi en el curso de las últimas semanas ante la proliferación de denuncias de pinchazos contra mujeres obligó ayer a Emakunde ... a reclamar a la sociedad «prudencia» y mesura a la hora de abordar esta problemática. No porque no exista -la Ertzaintza mantiene bajo investigación una docena de casos-, sino porque la propia relevancia que se le está dando puede generar un efecto de «miedo» entre las jóvenes que se traduzca en una pérdida de libertad a la hora de acudir, por ejemplo, a disfrutar de las fiestas de cualquier localidad.
La directora del Instituto vasco de la Mujer, Izaskun Landaida, fue la encargada ayer de poner cierta cordura a la situación desatada en Euskadi, con continuas alusiones en las redes sociales a múltiples incidentes por toda la geografía vasca. La responsable de Emakunde confesó su «preocupación» por el escenario abierto en la comunidad autónoma. Admitió que el riesgo de la sumisión química es un peligro «que está aflorando y un riesgo real que existe». Pero no de ahora, sino que desde hace años se suceden los casos de mujeres a las que les drogan sin su consentimiento para poder luego abusar de ellas. Hasta ahora era, por ejemplo, echando algún tipo de sustancia a la bebida. «Hay que prevenir este tipo de situaciones, pero sin generar más alarma», reclamó.
Y es que lo que las autoridades temen es que esta oleada de denuncias, sea cual sea su alcance real, genere de por sí un temor colectivo que actúe como una manera más de «coartar la libertad de las mujeres. «La propia violencia contra las mujeres lo que hace es limitar sus movimientos», reflexionó Landaida en una entrevista en EiTB.
De ahí que pusiera el acento en la «importancia» de «comunicar» este tipo de hechos y denunciarlos, pero siempre «con mucha prudencia». «No podemos contribuir a alimentar ese miedo, que lo que hace es coartar la libertad de las mujeres. Comunicar sí, pero con rigor», exigió la responsable de Emakunde, quien insistió en que es necesario lograr que los espacios festivos sean recintos en los que «mujeres y hombres puedan disfrutar en libertad».
Mientras tanto, la Ertzaintza continúa trabajando para calibrar la verdadera dimensión de este fenómeno en Euskadi. Según aclaró en una nota oficial, a día de ayer mantenía bajo investigación una docena de casos ocurridos en las dos últimas semanas en los que se ha podido confirmar que otras tantas mujeres habían sufrido un pinchazo de un desconocido. Las denuncias hacen referencia a incidentes en Santurtzi, Etxebarri, Zierbena, Vitoria, Zarautz y Bilbao.
En la capital bilbaína se recogieron la noche del sábado las dos últimas denuncias conocidas hasta el momento. Corresponden a un par de jóvenes que acudieron a las Urgencias de un centro hospitalario tras sentir una punzada mientras estaban en el interior de una conocida discoteca del centro de la ciudad. Ambas avisaron a la Policía y fueron sometidas a una analítica de sangre para tratar de determinar si les inocularon algún tipo de sustancia.
La Ertzaintza aclaró en su nota de ayer que en ninguno de los casos en investigación se ha hallado resto alguno de drogas. «Estos doce son los únicos que están, a fecha de hoy, contrastados por el personal sanitario como pinchazos, pero en ninguno de ellos, por el momento, se han encontrado restos de inoculación de ninguna sustancia tóxica», señaló la Policía autonómica. De ahí que «no aprecie que la intencionalidad esté relacionada con la comisión de un delito contra la libertad sexual». Es decir, que detrás de esos ataques podría esconderse un afán de generar miedo entre las mujeres. «Se desconoce la motivación, intencionalidad o finalidad de estos pinchazos. No se descarta ninguna hipótesis o línea de investigación», añadió la Ertzaintza.
Lo que sí está confirmado es que todos los casos se han producido «de forma similar». Mientras la víctima permanece en un «entorno festivo o de ocio nocturno», nota un pinchazo, «principalmente en brazo o pierna», y posteriormente comienza a «sentirse indispuesta, con mareos y somnolencia». La recomendación de la Ertzaintza es que la mujer comunique de inmediato lo sucedido a su entorno más próximo, solicite ayuda y llame al 112. Además, debe acudir a un centro asistencial para ser explorada por el personal sanitario y confirmar o descartar la existencia de tal pinchazo. «En caso de confirmación, se le realizan análisis toxicológicos».
Dos varones fueron detenidos este pasado fin de semana en la localidad guipuzcoana de Zizurkil por agredir sexualmente y robar a una mujer, según informó el Departamento de Seguridad. Otro suceso similar provocó, además, el cierre adelantado de las fiestas de Santiago del también guipuzcoano municipio de Villabona, donde el sábado por la noche clausuraron las txosnas y cerraron algunos bares después de que se difundiera que una mujer había sido víctima de una agresión. Los supuestos hechos tuvieron lugar poco antes de la una de la madrugada. Por el momento no se ha interpuesto ninguna denuncia, pero aún así la Ertzaintza ha abierto una investigación para aclarar lo sucedido. Otra mujer, menor de edad, sí que denunció haber sido víctima de tocamientos en el tren cuando regresaba de los mismos festejos.
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