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Billie Eilish debe su técnica de canto al Coro de Niños de Los Ángeles. Se enroló allí a los ocho años. Con once se puso a componer canciones y con catorce irrumpió en el panorama internacional a través de YouTube y de 'Ocean Eyes', un ... conmovedor tema propio que lleva registradas más de 100 millones de visitas desde aquel 24 de marzo de 2016 en que lo echó a la mar de internet. En la madrugada de ayer, con dieciocho años cumplidos hace solo un mes, la edición número 62 de los Premios Grammy coronaba a la meteórica Billie, y a su hermano y productor, Finneas O'Connell, de veintidós, como la pareja artística que más impacto ha generado en la industria durante el último año. Lo hacía otorgándoles cinco gramófonos por su último trabajo musical, un 'DIY' (el acrónimo del 'Do it yourself' habitual en las tiendas de bricolaje), esto es, creado, empaquetado y divulgado en casa, al margen del alarde de medios tecnológicos que los grandes estudios de grabación y los sellos discográficos ponen a disposición de los artistas.
«Hacemos música juntos en nuestro dormitorio», contó el propio O'Connell desde el escenario del Stapels Center de su ciudad, Los Ángeles, con un Grammy reluciente en la mano. «Esto es para todos los chavales que hacen música en sus dormitorios. Vais a ganar uno de estos», les jaleó, junto a una conmocionada Eilish, en una de las cinco ocasiones en que tuvieron que subir al estrado para recolectar su espectacular cosecha de cinco ases: el premio al mejor nuevo artista de la industria de la música en Estados Unidos; el de la canción del año para 'Bad Guy'; el del disco del año para 'When We All Fall Asleep, Where Do We Go?'; el del mejor álbum; y el codiciado galardón de productor del año para O'Connell.
«Nunca pensamos en ganar nada jamás. Menos con un disco que habla de depresión, pensamientos suicidas, cambio climático y chicos malos. Estamos confusos y agradecidos», dijo el hermanísimo a pecho descubierto. Con el pelo tintado parcialmente en verde pistacho, a juego de sus uñas-garra y de su blusón-globo, Eilish apenas atinó a entonar tímidamente un «gracias» y poco más. El nuevo icono pop, uno lánguido y lúcido, acuñado en un domicilio del barrio angelino de Highland Park, acababa de hacer historia al llevarse de calle, en el mismo año, las cuatro categorías generales de los Grammy. Algo semejante ha ocurrido únicamente dos veces en seis décadas. El anterior en lograr una hazaña así fue Chistopher Cross en 1981. Adele, por su parte, también ha conseguido llevarse a casa los gramófonos dorados en esas cuatro categorías aunque, eso sí, en ediciones diferentes.
«Esto es una puta locura», soltó locuaz y pletórica Lizzo, la otra triunfadora de la noche tras recoger tres galardones. La rapera tocó el cielo y se paseó por él. Nacida en Detroit y criada en Texas, vivió en un coche antes de que, hace un par de años, lograra el éxito comercial y se erigiera en un símbolo de superación y de energía positiva. El primer verso de su éxito 'Truth Hurts' -«me he hecho un test de ADN y resulta que soy al 100% una perra»- es sin duda una de las frases del año en la música.
Rotunda y desbordante en el escenario, no pudo robar sin embargo un ápice de protagonismo a Rosalía cuando le tomó el relevo sobre las tablas del Staples Center para festejar su primer Grammy al mejor álbum latino urbano por 'El mal querer', el trabajo que le ha catapultado como artista global y que le ha convertido en la primera cantante en llegar a una categoría principal cantando casi exclusivamente en castellano. Envuelta en flecos blancos y escoltada por un nutrido grupo de bailarines masculinos, la catalana aprovechó su lugar de honor en la mayor celebración mundial de la música para inyectar flamenco en vena a la audiencia. Lo hizo interpretando 'Malamente' y 'Juro que', su último tema, y poniendo en pie a los espectadores. Solo Enrique Iglesias había sido capaz de llegar tan lejos.
Un veterano de los escenarios, con tres Grammys en su haber -ahora cuatro-, anotaba el segundo y último para España. #ElDisco, de Alejandro Sanz, obtenía el más alto reconocimiento de la industria como mejor álbum de pop latino, dejando en la cuneta los trabajos de Bad Bunny y J Balvin. Ausente de la ceremonia, agradeció el fallo a través de mensajes en las redes sociales. «Demasiado que decir y todo por demostrar. Gracias... Estoy lleno de orgullo», escribió.
El concierto televisado que es en realidad la ceremonia de entrega de los Oscar de la música dejó algunas otras aplaudidas actuaciones, como las de Ariana Grande, que no estuvo el año pasado por desavenencias con la dirección de la Academia; la de Aerosmith con Run- DMC; y la de Lil Nas X, que salió a cantar el éxito 'Old Town Road' acompañado por Billy Ray Cirus, los coreanos BTS, más Mason Ramsey, Diplo y Young Thug. También destacó la canción que Camilla Cabello dedicó a su padre ('First Man'), así como el tributo al difunto rapero y filántropo Nipsey Hussle, asesinado a tiros el pasado abril.
En su segundo año consecutivo como maestra de ceremonias, Alicia Keys condujo con clase una gala que combinó momentos de electricidad musical con recuerdos irremediables a Kobe Bryant, quien fallecía trágicamente junto a una de sus hijas apenas unas horas antes de que comenzara la entrega de premios en el estadio en el que jugó durante dos décadas, y alusiones a los momentos de convulsión que vive la institución. Apenas diez días antes de la gala, la Academia despedía a Deborah Dugan, la primera mujer que elegía como su CEO, tras ser acusada de acoso sexual y de generar un «ambiente tóxico». La ejecutiva, que sucedió hace cinco meses al anterior presidente, Neil Portnow, cesado por sus comentarios machistas, ha demandado a la organización. Incapaz de pasar de puntillas por el escándalo, la presentadora, que atesora cinco Grammys, entonaba un discreto 'mea culpa' antes de mandar a la cama al público: «Tenemos mucho que cambiar. Tenemos mucho que hacer», admitió.
Álbum del año: When We All Fall Asleep, Where Do We Go?, de Billie Eilish.
Grabación del año: Bad Guy, de Billie Eilish.
Artista revelación: Billie Eilish.
Canción del año: Bad Guy, de Billie Eilish.
Actuación de rap: Higher, de DJ Khaled junto a Nipsey Hussle y John Legend.
Álbum de rap: Igor, de Tyler, The Creator.
Canción de rap: A Lot, de 21 Savage y J. Cole.
Álbum pop del año: When We All Fall Asleep, Where Do We Go?, de Billie Eilish.
Álbum pop tradicional: Look now, de Elvis Costello & The Imposters.
Áctuación pop en solitario: Truth Hurts, de Lizzo.
Áctuación pop en dúo o grupal: Old Town Road, de Lil Nas X y Billy Ray Cyrus.
Actuación R&B tradicional: Jerome, de Lizzo.
Álbum de música urbana contemporánea: Cuz I Love You, de Lizzo.
Álbum de música alternativa: Father Of The Bride, de Vampire Weekend.
Álbum de rock: Social Cues, de Cage The Elephant.
Canción de rock: This Land, de Gary Clark Jr.
Actuación de metal: 7empest, de Tool.
Álbum latino de rock, urbano o alternativo: El Mal Querer, de Rosalía.
Álbum latino de pop: #ElDisco, de Alejandro Sanz.
Álbum de electrónica: No Geography, de The Chemical Brothers. Productor del año: Finneas O'Connell.
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