«ChatGPT es por ahora demasiado tonto»

Marc Levy (Boulogne-Billancourt, 1961) publicó en 2000 su primera novela, una historia para su hijo. Su entorno animó al antiguo empresario a enviarla a una editorial. 'Y si fuera cierto' tuvo un éxito inmediato y Steven Spielberg la adaptó al cine. Desde entonces Levy ha publicado un libro por año. Hasta 25 novelas que han copado las listas de ventas en Francia y en otros países. Traducido a 50 idiomas y con más de 50 millones de ejemplares vendidos, el escritor francés vivo más leído en el mundo publica en España 'La sinfonía de los monstruos' (HarperCollins), que aborda los secuestros masivos de niños ucranianos.

- Es un libro más oscuro e inspirado en una trágica actualidad... ¿Cambia de estilo a propósito?

- No. Cambio mucho de universos, temas y géneros. Nunca he querido encasillarme. He escrito novelas de aventuras, políticas, históricas, comedias y 'thrillers'. Escribo sobre el tema que me conmueve en cada momento.

- ¿La historia llega al autor, o al revés?

- La trilogía de 'Los Nueve' eran ya novelas muy políticas que dicen mucho sobre lo que sucede en el mundo y la corrupción política. En la última entrega, 'Noa', menciono la invasión de Ucrania antes de que ocurriera, tras publicar el libro. Cuando supe del programa de deportación sistemática de niños ucranianos por parte de la Rusia de Putin, sentí la urgencia de abordarlo.

- ¿Quiso comprometerse políticamente para denunciarlo?

- Siempre trato de abordar los temas graves sin tomarme demasiado en serio. Hacerlo desde una perspectiva distinta a la gravedad es, a menudo, la mejor manera de cautivar a los lectores. 'La sinfonía de los monstruos' no es un documental sobre el secuestro de niños ucranianos. Es una historia de aventuras y amor sobre un crío que hará todo lo posible por escapar, una adolescente que lucha por encontrar a su hermano menor, y una madre que hará lo mismo por recuperar a sus dos hijos.

- ¿Personajes ordinarios en situaciones extraordinarias?

- Así es. Se ven inmersos en una situación que les sobrepasa y se revelan de manera extraordinaria.

-La búsqueda de identidad y el amor, sus temas recurrentes, ¿ayudan a vender más?

-No es tanto la búsqueda de las raíces como la cuestión de la identidad. Hago la distinción, porque la identidad no siempre está en el pasado. También está en cómo asumes quién eres, tu origen social, tu sexualidad, tus gustos, tu personalidad... Todo forma parte de la búsqueda identitaria y, a veces, es más enriquecedor y liberador que saber de quién desciendes. El amor no es porque se venda más. Sin amor todo carece de interés para mí. No creo que haya una pintura, una escultura, una foto, un trabajo o un paso de baile que valga la pena compartirse sin amor. Quizá los formularios administrativos.

- ¿Sus editores le prestan personal de ayuda en sus investigaciones históricas o utiliza ChatGPT?

- ¡No! ChatGPT es por ahora demasiado tonto. Puede que cambie, pero hoy no es capaz de encontrar nada. Extrae información de internet, que está plagada de errores. Investigo por una razón muy simple: 9 de cada 10 veces encuentras algo que no buscabas. Si subcontratas la investigación, te pierdes detalles que pueden cambiar tu historia. Un escritor indaga para aprender. Si escribes de un lutier, investigas la profesión para hablar de ella de forma creíble. Lo importante es digerir y asimilar la información. Investigar implica reunirse con especialistas para hacer preguntas. Este es un oficio que requiere mucha observación y escucha. Y eso no se puede subcontratar.

- ¿Convertirse en rico y famoso es peligroso?

- No existen los escritores famosos. Es una forma suave de celebridad. Conocen tu nombre, pero no tu cara. Así que no hay peligro. Durante gran parte de mi vida no tuve dinero, que nunca ha sido mi motor. Siempre me han impulsado la creación y la imaginación. Soy un epicúreo y muy consciente del privilegio de vivir de mi pluma. Pero no me atrae el lujo. Soy mucho más feliz en un pequeño 'bistrot' que en un restaurante con estrellas Michelin.

- ¿Tiene buena relación con los críticos?

- La crítica ha cambiado mucho. Al principio de mi carrera las críticas eran muy duras, porque el éxito molesta. Hoy es diferente, pero siempre me ha dado igual. Los críticos ganaban notoriedad hablando mal de los libros. Hoy solo hablan de los que les gustan, lo que es mucho mejor.

- ¿Teme a la página en blanco? ¿La falta de inspiración paraliza?

- Debemos desmitificar la página en blanco. Es parte del día a día de todos los escritores. La falta de inspiración es otra cosa. No hay escritor que se siente a su mesa y conozca ya las 350 páginas de su novela. ¿Y ahora qué cuento? ¿Cómo deshago este nudo? Para muchos, eso es un pretexto para dejar de trabajar. Pero no es que estés bloqueado, es que está 'cocinándose'. Como en tantos oficios, hay momentos de espera, como el cocinero que aguarda a que la masa suba. Para un escritor es igual.

• Temas
• Steven Spielberg
• Francia
• Críticas literarias
• Inteligencia artificial