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TERESA FLAÑO
Miércoles, 8 de enero 2020, 00:24
Son dos universidades de países diferentes y con distintas lenguas, pero la del País Vasco y la de Burdeos llevan varios años buscando vías para realizar un trabajo colaborativo, como las cinco titulaciones dobles en enología, bioinformática, gestión e ingeniería del deporte, innovación económica ... y recursos marinos que en esta última materia se está plasmando en el Campus Ocean. Este último proyecto no solo pone en relación a dos regiones a ambos lados de la muga, sino también conecta diferentes disciplinas del ámbito universitario. El reto no está exento de complejidad al combinar multiculturalidad, multilingüismo, diferentes titulaciones y diversos métodos de trabajo. Además, el proyecto se concreta en la primera sede de la UPV fuera de Euskadi. El emplazamiento estará en el fuerte de Sokoa en Ciboure, cuyas obras se encuentran en un impasse por cuestiones administrativas.
Julieta Barrenechea, de Euskampus Fundazioa, dependiente de la UPV/EHU, y Sophie Herrera, de la Universidad de Burdeos, trabajan desde 2016 en impulsar este campus oceanográfico, donde es necesaria la participación de docentes o investigadores de distintas áreas. El objetivo es que los alumnos conozcan las innovaciones en este área.
«En la actualidad, para que un alumno se decante por una carrera o por determinadas asignaturas es fundamental que le interesen. Antes se estudiaba de memoria. Ahora aprenden porque la sociedad es más compleja, pero también más flexible. Tienen mucha información y les gusta ver el sentido de lo que están aprendiendo, conocer cuáles son los temas que afectan a la sociedad y saber que tienen herramientas de conocimiento científico y de competencias para tratar con la gente adecuada en la resolución de los problemas. Esto les da más ganas de aprender e investigar», explica Herrera.
El marco principal está en la colaboración iniciada en 2011 entre las dos universidades para desarrollar un campus transfronterizo donde poner en común las capacidades de las dos instituciones. En 2015, se comenzó con el proyecto temático orientado al océano.
Un recurso común. Los dos territorios tienen «una industria potente que parte del mar y de las olas».
Campus Ocean. Aumentará el conocimiento para la sostenibilidad de los mares y fomentará el empleo en este sector.
Este Campus Ocean no ha tenido una sede física. Pero pronto la tendrá. Las obras del fuerte de Sokoa están muy avanzadas para convertirlo en un polo universitario europeo de excelencia. Albergara a profesores, investigadores, estudiantes de ambas universidades y profesionales especializados en el sector náutico y los deportes acuáticos. En total, unas 120 personas involucradas.
Fernando Tapia, vicerrector de Desarrollo Científico y de Transferencia de la UPV/EHU y responsable de Euskokampus, señala que «el proyecto va adelante y lo importante es que tiene financiación: cuatro millones de euros. Se trata del primer campus de la UPV en Iparralde y también fuera de la Comunidad Autónoma Vasca. Con Latinoamérica tenemos un programa muy potente, pero sin una sede».
El fuerte. Construcción. Comenzó a edificarse en 1627 para proteger el puerto de Sokoa. | Se privatizó en 1931 y la Administración francesa lo volvió a comprar en 2012 por 700.000 euros y en un estado bastante deteriorado.
Euskampus-Bordeaux. Nace en 2011 como una alianza estratégica entre la UPV y la Universidad de Burdeos para construir un espacio de educación superior, investigación e innovación conjunto con participación de Tecnalia y DYPC. | Busca ampliar la oferta académica para los estudiantes a nivel internacional, configurar un espacio de investigación referente en Europa en materia oceanográfica y aumentar la proyección global de las dos universidades.
En marzo pasado, Manuel de Lara, presidente de la sociedad pública Océan Expériencies de Ciboure, daba fechas en la prensa local. Los trabajos se alargarían hasta septiembre de 2021 con un coste de cuatro millones de euros. La idea era que para el curso 2021-2022 estuviera en marcha esta sede en una parte del edificio, en un estado bastante penoso tras años en desuso. Cuestiones de la Administración francesa han paralizado el proyecto, pero los responsables universitarios esperan que se retome tras las elecciones municipales galas de marzo.
Que la materia elegida para esta sede conjunta entre las dos comunidades universitarias sea el mar no es una cosa del azar. Se trata de un elemento común para los dos territorios. «Tenemos una industria muy potente que parte de las olas, del surf». A partir de ahí, se apostó por dos temas: la oceanografía, la lucha contra los plásticos y la seguridad en la práctica de deportes acuáticos. Campus Ocean confía en aportar conocimiento para la sostenibilidad de los mares y preparar a los jóvenes en empleos relacionados con la denominada 'economía azul'.
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