«Hay que reforzar el modelo D, muchos alumnos no tienen suficiente nivel de euskera»

Lurdes Imaz (Azkoitia, 1973) recibe a EL CORREO en la sede de Bilbao de Ehige, la federación de asociaciones de padres y madres de la escuela pública vasca. En la pizarra de la sala hay garabateados números, flechas, porcentajes... Es un ejercicio para saber cómo un centro debe aplicar el índice de vulnerabilidad, el mecanismo puesto en marcha por Educación para lograr un reparto equitativo del alumnado desfavorecido. «Es que es difícil aclararse», se justifica.

- El Gobierno vasco calcula que habrá mil nuevas matriculaciones menos el próximo curso. ¿No perder alumnos sería un éxito?

- A lo que aspiramos es a ganar alumnado y a que la escuela pública sea mayoritaria. Para eso tenemos que trabajar desde los centros pero también el departamento, dando a la red pública todos los recursos que necesita para que sea la opción más atractiva para las familias.

- ¿La caída de la natalidad puede llevar a cerrar centros?

- Sí. Sobre todo, si no se prioriza lo público y no se ponen límites a la red privada. El año pasado ya hubo centros que no ofertaron el aula de dos años. Es algo que nos preocupa.

- El reparto del alumnado vulnerable provocó una fuerte polémica. ¿Hubo plazas que se quedaron vacías en la red pública?

- Tradicionalmente, ese alumnado se ha matriculado en la pública. Y en vez de hacer centros educativos públicos más equilibrados, lo que se está haciendo es derivarlos a la concertada. La reducción de la vulnerabilidad va a ser un proceso largo, pero nuestra hipótesis es que no vamos a conseguir acabar con los guetos que tenemos en la pública y que vamos a perder alumnado.

- Hace un año que se implantaron medidas para combatir la segregación escolar. ¿Vamos por el buen camino?

- Son medidas de maquillaje, de poco alcance. Las familias tienen que rellenar una encuesta que es absolutamente subjetiva. Y además, no se pone límite a la concertación. Es verdad que el sistema dual público-privado no es el único que genera segregación, pero es un factor importante. Mientras exista esa dualidad, existirá segregación.

- ¿Cuál debería ser la fórmula para que convivan las dos redes?

- Entendemos que la red privada debería ser complementaria de la pública. La concertación empezó en un momento en el que la escuela pública no llegaba a todo. Pero, en estos momentos de bajada de matrícula, lo lógico sería apostar por llenar primero las plazas públicas. ¿Por qué tenemos que destinar dinero a centros que no son públicos?

- ¿Es malo que los colegios compitan entre sí para atraer alumnado?

- No es bueno. Además, cuando nos ponemos a competir lo hacemos con discursos que no son más que marketing para atraer familias. Creo que debemos identificar primero qué es la calidad educativa, con datos científicos, y saber qué necesidades tienen las familias.

- ¿Cuáles son?

- Pues tener un servicio de guardería a primera hora, comedores, extraescolares... Las escuelas necesitan infraestructuras y unos servicios de calidad.

- La Ley de Educación sitúa la escuela pública como «eje» del sistema. Ehige dice que no es verdad. ¿Por qué?

- La ley lo recoge en alguna frase, pero en la práctica no es así. Legitima el sistema dual y crea un servicio público vasco de educación que iguala lo público y lo privado. La privada siempre ha querido tener el mismo rango que la pública y más financiación. Con lo cual, la ley realmente está pensada para la privada.

- Más del 80% de los institutos públicos de Bizkaia ofrecen sólo modelo D. ¿Esa falta de oferta lingüística favorece que se formen guetos?

- El problema que tenemos es que los centros de modelo A son guetos socioeconómicos. Por eso apostamos por hacer desaparecer los modelos y escolarizar a todo el alumnado en un sistema de inmersión. Y reforzarlo, porque tenemos mucho estudiante dentro del modelo D en la pública que no tiene suficiente nivel de euskera, que al final es la lengua de instrucción. Pero para eso hay que formar al profesorado, poner suficientes recursos...

- El peso del alumnado inmigrante cada vez es mayor. ¿Cómo se adapta el modelo de inmersión a esa realidad?

- Muchas veces el problema no está con el alumnado inmigrante. Igual la primera lengua de un alumno es, por ejemplo, el árabe, y no tiene dificultad en aprender euskera. En cualquier caso, las familias inmigrantes nos piden refuerzo, porque sus hijos e hijas están en desventaja con respecto al alumnado que tiene el euskera en su casa. Y aquí son súper importantes las extraescolares.

- El año pasado vinieron 3.000 alumnos a lo largo del curso. El hecho de que la pública prácticamente sólo ofrezca educación en euskera ¿limita su capacidad de atraer a esos alumnos?

- Evidentemente, no es lo mismo matricular a un alumno en el sistema de inmersión con dos años que con catorce. Pero lo que hay que hacer es ponerles refuerzo y hacer todos los esfuerzos para que tengan las mismas oportunidades que el resto del alumnado. Al final se trata de eso, ¿no? Que acabes tu escolarización siendo bilingüe, porque eso te va a dar muchas más oportunidades.

- ¿Los datos de los alumnos vascos en PISA son preocupantes?

- PISA nos da información, igual que las Evaluaciones de Diagnóstico. Y ambos nos dicen que necesitamos reforzar las matemáticas y las ciencias.

- En la comparativa con hace diez años, Euskadi es una de las comunidades que sale peor parada. ¿Por qué?

- Estas evaluaciones nos dicen varias cosas. La primera es que el nivel socioeconómico del alumnado condiciona mucho sus resultados. Y ahí tenemos un problema, porque la escuela debería ser capaz de hacer superar esas diferencias. Y PISA también nos dice que el alumnado más desfavorecido está en la escuela pública. Por tanto, hay que identificar los centros que lo hacen muy bien y que consiguen que el nivel socioeconómico de los alumnos no condicione sus resultados para fijarnos en ellos. Por cierto, los centros con alumnado de nivel socioeconómico muy alto tampoco están tirando hacia arriba del sistema. Otra de las cosas que nos dice PISA es que deberíamos tener mejores resultados que los que tenemos teniendo en cuenta todo lo que invertimos.

- Los datos del departamento indican que el nivel de euskera de los alumnos de la ESO es muy bajo.

- Sí, claro. Llevamos tiempo diciéndolo. Tenemos un nivel de euskera muy mejorable. Y eso tiene que ver, por ejemplo, con que hemos pasado de que el modelo D escolarizase sobre todo a familias euskaldunes a que ahora escolarice a todo el alumnado. Ha cambiado la población. Creo que aquí sobre todo tendrían que hablar los profesionales y los profesores que trabajan en estos contextos tan complejos y ver qué está fallando y qué se necesita.

- La nueva ley dice que los alumnos deben acabar la ESO con el B2 de castellano y euskera. ¿Es realista?

- Con los datos que tenemos, en estos momentos no es realista. Si realmente queremos conseguirlo, hay que poner los medios. Pero para todo el alumnado. Porque claro, lo que no vale es que sólo consiga el B2 quien habla euskera en su casa. Y eso pasa por reforzar los espacios extraescolares, que es donde realmente se puede reforzar el euskera. Pero para eso hace falta financiar suficientemente a las AMPAs, que en la red pública son las que se encargan de las extraescolares.

- En términos generales. ¿Qué política se aplica en los institutos vascos con los móviles?

- Cada centro lo tiene recogido en su Reglamento de Organización y Funcionamiento. Nos parece importante que esa normativa sea acordada con el alumnado y no sea una imposición. Abogamos por el uso responsable de los móviles más que por la prohibición.

- ¿A las familias les preocupa el tema?

- Claro. A las de Primaria les preocupa cuándo comprar el primer móvil. Y a las de Secundaria, todo el tema de ciberbullying, la pornografía, etc. Hacemos jornadas, hay guías publicadas... En casa también hay que hacer un uso acordado del móvil y, sobre todo, hay que dar ejemplo.

- ¿Chat GPT es el nuevo 'El rincón del vago', esa página donde se podían copiar los trabajos?

- Aquí el tema es que hay que adaptarse. La tecnología avanza y tenemos que utilizarla a nuestro favor. La inteligencia artificial nos puede ayudar para algunas cosas, pero si los alumnos la van a utilizar para no hacer algunas tareas, pues habrá que pensar en otro tipo de actividades. Una inteligencia artificial no va a hacer un trabajo en grupo o un examen oral.

• Temas
• Escuela Pública Vasca
• País Vasco
• Euskera
• Educación
• Ciencia
• Educación Concertada
• Natalidad