Profesores de un colegio concertado de Bilbao denuncian nueve meses de impagos

Al ser un centro concertado, el Departamento de Educación abona los salarios de la plantilla que cubre las etapas concertadas (desde el aula de 2 años hasta 4º de ESO) mediante un mecanismo conocido como pago delegado. Estos docentes están cobrando sus nóminas de forma puntual. El problema lo tienen quienes se encuentran fuera del pago delegado.

Según explican los trabajadores, todo comenzó en diciembre de 2022, pocos meses después de que una empresa, Scientia Bilbao S. L., adquiriera el colegio, cuya titularidad ostentaba hasta entonces la Congregación de Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús. Con las monjas, aseguran los docentes, «nunca hubo problemas». Sin embargo, en cuanto entraron los nuevos gestores, comenzaron las incidencias. Primero fueron puntuales pero con el tiempo se hicieron «continuas», hasta llegar a una situación «insostenible». De los 35 docentes, aproximadamente, que conforman la plantilla, en torno a una quincena se encuentra de baja por el estrés generado por la coyuntura. Con el perjuicio que eso supone para la calidad del servicio educativo.

Se trata de un centro «familiar», con poco más de 200 alumnos. Los trabajadores temen que la empresa decida cerrar el colegio bajo el pretexto de que hay pocas matrículas. «Siempre hemos tenido alumnado, pero desde que entró la nueva empresa las inscripciones han bajado», explican los docentes. «No ha habido una buena gestión por su parte», añaden.

Scientia School es la misma empresa que el pasado mes de enero anunció por sorpresa que cerraba el colegio Karmelo de San Sebastián, adquirido en 2019. Esgrimieron precisamente la caída de la natalidad como principal motivo para bajar la persiana. Un tercer centro de su titularidad ubicado en Galicia también se encuentra en problemas. Según publica la prensa local, ha cerrado el ciclo de Infantil y los trabajadores temen un ERE.

De acuerdo con el testimonio de los trabajadores de Bilbao, la empresa asegura que el Gobierno vasco va a comprar el edificio que albergaba el colegio de San Sebastián por casi 13 millones de euros, cuando Scientia lo adquirió por cinco. Esperan cerrar esa operación antes de fin de año y hacer frente así a las deudas. Sin embargo, Educación, que se reunió este miércoles con la plantilla, ha negado que vaya a adquirir el inmueble. Fuentes consultadas por este periódico aseguran que la consejería «no tiene un posicionamiento diferente al que tuvo anteriormente». Este periódico ha tratado de contactar con los gestores del centro, pero no ha obtenido respuesta

La matriz de Scientia Bilbao S. L. es Scientia School S. A., que tiene su sede en Madrid. Esta empresa desembarcó en España en el año 2015 para adquirir «centros de enseñanza básica, formación profesional y superior que no cuentan con recursos humanos y económicos suficientes», según anuncia en su página web. En este tiempo, la empresa ha comprado seis colegios: tres en Madrid, dos en Euskadi y uno en Galicia. Su principal línea de negocio consiste en aportar la estructura informática que da soporte a la actividad escolar mediante la tecnológica Ecreatus.

En cuanto al patrimonio inmobiliario, en el caso de Bilbao lo gestiona otra compañía, Orlan 2019 S. L., que lo alquila a Scientia Bilbao. Esta forma de actuar es algo habitual en este tipo de operaciones. Scientia, a su vez, forma parte del grupo de origen mexicano Atlas Holdings, un conglomerado de empresas con intereses en varios sectores, como el inmobiliario, el tecnológico o la estética.

Los problemas económicos de Scientia Bilbao no se limitan a sus trabajadores. Según ha podido saber este periódico, adeuda en torno a 170.000 euros a la empresa Askora, que prestaba el servicio de catering tanto del centro ubicado en Bilbao como en el de San Sebastián. Sin embargo, las familias han continuado pagando la cuota de comedor, que supera los cien euros mensuales. En el caso bilbaíno, el colegio ha cambiado dos veces de empresa de comedor en el último año. La empresa afronta distintos frentes judiciales. Los trabajadores han interpuesto varias demandas a título individual y las compañías de catering acreedoras también han recurrido a los tribunales.

Pese a los problemas, el centro continúa recibiendo dinero público. En virtud del concierto educativo, el Gobierno vasco abona una partida por aula concertada, que varía en función de la etapa educativa. La mayor parte de ese importe va directa al bolsillo de los docentes a través del pago delegado. El resto, en torno a 20.000 euros por clase, va a parar al centro para costear los gastos de mantenimiento, calefacción, luz, sueldos del personal no docente...

No obstante, en estos momentos el colegio no puede acceder a esos fondos. Según ha podido saber EL CORREO, la empresa matriz ha contraído una deuda con Hacienda y la Seguridad Social, lo que le impide destinar las partidas del concierto educativo a pagar sus obligaciones con el resto de acreedores. La firma ha iniciado el proceso para reestructurar su deuda.

Esto plantea, a su vez, otro problema añadido. El Departamento de Educación va a entregar 67 millones de euros a los centros educativos concertados para que éstos, a su vez, abonen a su plantilla los atrasos generados tras la actualización del convenio y equiparen sus sueldos con los docentes de la red pública (eso en teoría, porque, según los acuerdos firmados, en realidad cobrarán más). La pregunta es si, pese a la situación actual, el Gobierno va a dejar el dinero que corresponde a los docentes de Scientia Bilbao en manos de sus actuales gestores. Fuentes de Educación eludieron ayer responder a esta pregunta.