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Jueves, 7 de noviembre 2019, 09:28
Hoy se abre un paréntesis de incertidumbre para más de 100.000 alumnos que estudian en colegios concertados vascos y sus familias, obligadas a hacer malabarismos para cuadrar horarios y preocupadas por la formación de los chavales. Los propios niños también se ven en ... tierra de nadie: a muchos -a los que ya tienen edad de entender algo que resulta incomprensible incluso para muchos adultos- les transmitieron ayer sus profesores que empezaba un mes de huelga... pero que quizá terminase antes. O no. Por si acaso, algunos de los más mayores han ido para casa con este mensaje ambiguo y un montón de deberes (por si acaso). ¿Y esos servicios mínimos académicos que se supone que deben garantizar los centros? En la práctica, ¿en qué se traducen? Eso no lo saben ni los alumnos, ni los progenitores, ni, en muchos casos, los propios centros educativos. Lo dicho, arranca una etapa de dudas, sin certezas ni fechas... y, sobre todo, con unas consecuencias desconocidas para el eslabón más débil de la cadena, ese que no sabe de patronales, sindicatos y demandas laborales: los escolares que, en pleno arranque del curso, ya han tenido que echar el freno.
Colegio La Salle y Salesianos (Bilbao)
El inicio de la huelga ha causado un gran revuelo entre los padres afectados, que ya vivieron parones el curso anterior. «Había esperanza de que encontrasen alguna solución. Me parece que hay intereses para que ciertos sectores ganen privilegios. Quieren tener las mismas condiciones que los docentes de la pública, pero lo cierto es que no han pasado oposiciones», ha lamentado Iñaki al llevar este miércoles a sus hijos de once y siete años al colegio La Salle de Deusto. Para Marcos y Beatriz, un mes sin clase «es demasiado» y critican que no reciben «los servicios que hemos pagado». «Han puesto monitores para cuidar a los niños y lo único que hacen es ver películas y pasar frío en el patio. No hay derecho, no aprenden nada», concluyen.
Muchos de los afectados vivieron este misma situación el año pasado: «Entonces hubo de todo. Mi hija tuvo muchas clases, mi hijo, en cambio, no. Estamos a la expectativa», respondía Juan a las puertas del colegio Salesianos. En los cursos de Primaria e Infantil parece que ha habido más profesores de lo esperado. De todos modos, tanto en Salesianos, como en la escuela vecina La Salle, la indignación es general. «Dan ganas de dejar de pagar. Todo el mundo tiene derecho a la huelga, pero se está vulnerando el derecho a la educación. Parece que sólo importan los sueldos, y los niños no», han coincidido Ainhoa Pastor, Ariñe Martínez y Ana García, madres afectadas por el paro en Salesianos.
Colegios San José (Basauri) y Basauri Ikastetxea
El colegio San José de Basauri comunicó ayer por la tarde que la mayoría de los profesores iban a secundar la huelga por lo que no se podían garantizar las clases, aunque sí que se iban a prestar servicios mínimos e iba a haber comedor. Por ello, algunos progenitores han preferido dejar en casa a sus vástagos, mientras que otros han optado por que fueran a clase. Se palpa el enfado. «¡Lo que teníamos que hacer es mañana matricularlos a todos en la pública, a ver qué hacen con los niños! Esto es una pública barata», lanzaba un padre en uno de los corrillos que se formaba a primera hora.
«El colegio está abierto, la huelga es de profesores, no de alumnos», recordaba Estibaliz Izartugaza. Madre de un alumno de quinto de Primaria, sí que hacía una crítica. «Ya que vienen podían repasar. Como algunos profesores les ponen películas los días de movilización, hemos pedido que aprovechen para repasar, pero la dirección del centro nos dice que depende de cada profesor». Ainhoa Sarandeses, por su parte, apuntaba que «hay que tener en cuenta que la educación es un derecho».
En la cooperativa Basauri, otro de los centros educativos concertados del municipio, la situación era similar. Habrá servicios mínimos. Jaime Palacios, que llevaba a su nieto de 8 años a clase se mostraba «totalmente de acuerdo con que luchen por sus derechos laborales» aunque protestaba: «Creo que hay que llegar a un acuerdo antes de hacer tantas huelgas. Los que lo pagan son los niños». Por su parte, Oren Chabes, ha llevado a sus dos hijos de 5 y 7 años: «Tanto para los padres como para los niños es una situación complicada. Porque aunque vengan y hayan servicios mínimos no desarrollan las clases de igual modo».
Colegio Paules (Barakaldo)
Los padres de los alumnos del colegio concertado Paules en Barakaldo han dejado hoy a sus hijos en el centro conscientes de que no van a dar clase, y de que los días de huelga que ya vivieron el pasado curso se van a repetir también ahora. Susana Santiago, Yoli Fernández y Amaya Rodríguez lamentan que sus hijos, en 6º de Primaria, (en torno a los 11 años) van a tener que apretar con los estudios cuando pasen las huelgas. «Ahora, con eso de la evaluación continua, los exámenes son constantes», han explicado. Ellas han optado por llevar a los menores a clase por si alguno de los profesores que no realizan paros avanza materia, aunque están convencidas de que en general, y por más tareas que les hayan puesto, van a estar perdiendo el tiempo. «Se aburren, porque son muchas horas sin hacer nada: de 8.30 a 13.00 y de 15.00 a 17.00 horas. Mi hija me decía el curso pasado que salen al patio y ya no se les ocurre qué hacer porque llevan toda la mañana jugando», ha señalado Yoli. Algunos, como el hijo de Susana, pedían quedarse en casa. «Se queja de que les ponen películas para niños de tres años», ha detallado.
Como la experiencia del curso pasado está fresca, los padres todavía recuerdan cómo tuvieron que «apretar» los chavales al finalizar la huelga. «Se notaba que tenían que hacer la materia de 15 días en una semana, así que ahora puede ser peor», ha apuntado Juan Carlos Francés. En el mismo corrillo de padres, Arantza Tovar ha explicado que con todo sus hijos están en Primaria, y los más agobiados son los de Bachillerato. «Creemos que algunas clases van a tener, porque algunos profesores sí que acuden, pero en general abren el colegio solo para dejarles aquí», han apuntado. También han lamentado la falta de información directa relacionada con la huelga, ya que desconocen si se podrá llegar pronto a un acuerdo. «Sólo sabemos lo que leemos en prensa», han advertido.
Colegio Calasanz (Santurtzi)
«No hay derecho, los niños pierden muchas semanas de clase con esta historia», espetaba Mari Nieves Ortiz al dejar en el frontón del San José de Calasanz, en Santurtzi, a su nieta. «No me parece bien la situación, tienen que llegar cuanto antes a un acuerdo», añadía la mujer. Miguel Ángel Benito opinaba parecido: «No acaba de solucionarse el problema», lamentaba. Benito no hace seguimiento de la situación, pero se entera por el centro. «Siempre nos envían una circular para informar de los días que hay huelga, a ver si se soluciona», decía esperanzado. Por otro lado, hay algunos padres que hacen un esfuerzo por comprender al profesorado que están de parón. «Por los críos me parece mal, pero hay que respetar la huelga», opinaba Asier Arauz.
Colegio Santísima Trinidad (Algorta)
Fran Cabrera, después de despedirse del hijo de su pareja y un primo reconocía «un poco de preocupación por cómo van a ser las cosas a partir del lunes», en caso de no desconvocarse el paro de un mes. Pero, de momento, «los niños tienen deberes y controles rutinarios, todo normal». Por su parte, Natalia Galarza con dos hijos en Quinto de Primaria y Segundo de ESO, señaló que «en este colegio, los profesores no hacen huelga, igual uno, pero no más». Respecto a las reivindicaciones de los docentes señala que «para equipararse a un profesor de la pública tienen que pasar por una oposición».
Colegio Nevers y Jesuitak (Durango)
«La responsabilidad de los niños es venir al colegio y la de los padres traerles. Los profesores están en su derecho de hacer huelga. Pero para los niños hoy tiene que ser un día normal es su vida», ha advertido un padre del colegio Nevers de Durango, que prefería mantener su identidad en el anonimato, mientras acercaba a su hijo al centro poco antes de las nueve de la mañana. En este colegio de Durango la huelga solo está convocada para hoy. Mientras el 100% del personal que trabaja en la guardería ha secundado la huelga, en Infantil la apoyan un 60% y Secundaria un 50%. Donde menor incidencia tiene es en Primaria, con un 15%. Así lo corroboraba Maite, que ha acercado a sus dos pequeños porque supone un trastorno a nivel laboral y porque en el whatsapp que tienen del grupo la mayoría era partidario de acercarles.
En la guardería, aunque con menor movimiento, también ha habido trasiego de bebés. Helena acercó a su pequeña de dos años al centro, donde hoy solo podrá estar hasta las doce. El servicio, según ha asegurado, se mantiene hasta la una para los que cuentan con servicio de comedor. «Yo hoy tengo que pagar a alguien para que venga a recogerla, no puedo dejar el trabajo», lamentaba. Por su parte, una amama reconocía que para quienes «no tienen a nadie es complicado». En su caso, acercaba al mayor, que cursa Primaria, mientras el pequeño, en guardería, se había quedado en casa con su esposo.
«No sé qué quieren los profesores, si no has opositado no te puedes quedar con un puesto fijo para siempre», ha manifestado un padre a las puertas del colegio Jesuitak de Durango. A su parecer, «deberían de coger el acuerdo que el Gobierno Vasco ha puesto sobre la mesa, es bueno y sobre todo, necesario». Opinaba, asimismo, que «no se puede andar así, con huelgas cada dos por tres», ya que «los progenitores no podemos permitirnos coger fiesta para cuidar de los hijos. No es viable para nosotros económicamente». Martín no ha tenido más remedio que cogerse el día libre. «Lo estamos llevando mal y con mucha incertidumbre. Tenemos que faltar al trabajo para estar con el crío», confesaba justo después de dejarlo en el colegio. «Nosotros los traemos, pero ni siquiera sabemos si habrá comedor», matizaba. Una de las madres que también se acercó a Jesuitak, C. L. se quejaba «de la cantidad de deberes que les están mandando los profesores a mi hijo mayor que estudia la ESO. Si hacen huelga, que la hagan con todas las consecuencias», reprochaba.
Colegio Sagrado Corazón-Karmeldar (Bermeo)
En el Colegio Sagrado Corazón-Karmeldar el anuncio de la convocatoria de huelga no pareció afectar a la asistencia de los alumnos a clase. «Es un día normal de colegio. Mi hija, además, está esta semana de exámenes», apuntó un padre, que prefirió mantenerse al margen del conflicto. «En nuestro caso no nos ha afectado pero en otros colegios de Bizkaia no lo tienen que estar pasando bien los padres. Menudo follón para conciliar si sus hijos no van a tener clase en un mes», manifestó.
Ikastola Berakruz (Markina)
Tal y como estaba previsto, en Lea Artibai los alumnos han acudido con normalidad a clase al quedar al margen de la convocatoria de la jornada de hoy. Los padres de la ikastola Berakruz de Markina, un centro concertado de Kristau Eskola, han acompañado a los niños al centro igual que otros días. «No estaba prevista huelga alguna por lo que nos mantenemos al margen y menos mal, porque entiendo la preocupación de los afectados», señalaron
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