«Hemos hablado con sindicatos, patronal, Gobierno vasco, Ararteko y no vemos soluciones. Los alumnos de la red concertada se han convertido en rehenes de un conflicto sin salida. Hacemos un llamamiento desesperado para que se ponga fin a las huelgas y no se consume ... esta catástrofe educativa». Es la reclamación a los partidos políticos que hicieron ayer las federaciones de padres de alumnos de colegios de iniciativa social en el Parlamento vasco. Les pidieron que impulsen medidas «efectivas» que saquen el grave enfrentamiento laboral de las aulas porque «está en riesgo la pérdida del curso y el futuro de los estudiantes que se examinan de Selectividad», expusieron.
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Las asociaciones de padres dibujaron ante la comisión de Educación el escenario tan complicado que se han encontrado tras reunirse con todas las partes implicadas. «El Gobierno vasco dice que es un conflicto laboral y que deben resolverlo patronales y sindicatos. Los responsables de los colegios aseguran que no tienen recursos para responder a las demandas de los trabajadores. Los sindicatos se centran en sus reivindicaciones sin importarles las consecuencias y con planteamientos de máximos inasumibles», describió Víctor Petuya, de Fapae, una de las agrupaciones. Apuntó como una de las medidas necesarias que el Gobierno vasco «ofrezca una financiación suficiente a los colegios concertados».
Miriam González | Colegios católicos
Recordaron el último paso que dieron la pasada semana de pedir al Ararteko la «protección y salvaguarda del derecho a la Educación de sus hijos». El Defensor del Pueblo vasco se comprometió a buscar la mediación del Departamento de Trabajo, un arbitraje, sin embargo, que también depende de que lo soliciten las partes implicadas. «Tras todas estas reuniones no vemos soluciones», resumió Petuya.
Ante ese negro panorama, las familias pidieron ayer que el desencuentro laboral «deje de afectar a los alumnos». Solicitaron ayuda a los partidos para que no se llegue a celebrar la nueva tanda de diez paros que comienzan el 12 de marzo y que se suman a las 14 huelgas celebradas ya. «Nada justifica la pérdida de horas lectivas», reiteró Miriam González, portavoz de Fecapp –colectivos de padres de centros católicos–. Remarcó que los sindicatos «deben reflexionar» y pensar que no se trata de un «escenario de lucha obrera». «Se enfrentan dos derechos, el de huelga con el derecho a la educación de 125.000 alumnos», dijo.
Victor Petuya | Centros laicos y cooperativas
Aitor Mujika, en representación de los padres de alumnos de centros Diocesanos (Bidelagun), hizo un «llamamiento desesperado» a los partidos para que paren las huelgas y que «no se consume esta catástrofe educativa», en referencia a la pérdida de 24 jornadas de clase este curso. «Está en riesgo el futuro de la red concertada, en la que estudia el 50% de alumnos. Se puede quebrar la libertad de elección de colegio para las familias vascas», añadió.
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Todos los grupos políticos mostraron su disposición a ayudar a los padres de alumnos, aunque señalaron diferentes culpables y soluciones a este enfrentamiento. Jone Berriozabal (PNV) defendió que se trata de un «conflicto laboral» y abogó por la intermediación del Departamento de Trabajo. Apuntó que la «mayoría sindical» –ELA en el sector de iniciativa social– tiene «mucho que ver» en esta situación de «bloqueo».
Aitor Mujika | Centros Diocesanos
Rebeka Ubera (EH Bildu) aseguró que Educación es «el principal responsable» de la situación porque es la que «regula y financia todo el sistema». Anunció que su partido va a poner sobre la mesa iniciativas para que el Gobierno vasco «asuma su responsabilidad». La parlamentaria socialista Gloria Sánchez destacó que hay que «garantizar» el derecho a la educación de «todos los alumnos» y animó a seguir con la «negociación».
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Iñigo Martínez (Elkarrekin Podemos) indicó que el origen del conflicto está en que el convenio de los profesores «lleva diez años sin ser renovado». Se preguntó, además, por qué no existe ese problema en las ikastolas concertadas, en las que patronal y sindicatos sí llegaron a un acuerdo. La popular Juana Bengoechea emplazó al Gobierno vasco a tener un «papel protagonista», recordó que la patronal de esta red «no lucha por un porcentaje de beneficio, sino por la supervivencia» y reclamó una mayor financiación para este sector.
La subida salarial de los profesores de la red concertada aprobada por el Parlamento vasco esta semana, de un 2.25%, parece que no va a poner fin a las movilizaciones del sector. ELA, central mayoritaria en los colegios de iniciativa social, apostó ayer por continuar con las huelgas. «Las patronales no han planteado de momento ninguna modificación en sus propuestas ni en cuanto a sueldos ni al resto de las reivindicaciones», manifestaron sus portavoces. LAB tampoco considera que esa subida suponga un avance significativo «porque hay otras reivindicaciones fundamentales como las cargas de trabajo y la recolocación de los docentes cuyas aulas desaparezcan por el descenso de la natalidad».
Las asociaciones de padres de alumnos (Ampas) de colegios afectados por el conflicto han convocado una manifestación el próximo día 23 de febrero para protestar por la convocatoria de diez nuevos paros. «Queremos que las partes implicadas, sindicatos, patronales y Gobierno vasco oigan nuestra indignación y preocupación y sobre todo nuestra petición unánime de que busquen una solución ya», indicaron.
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