La nueva FP facilitará la formación de los trabajadores en activo

Aquí es, precisamente, donde reside otra de las grandes novedades. El nuevo modelo de FP será más flexible y facilitará la formación 'a la carta' para quienes ya se encuentran en el mundo laboral. ¿Cómo? Habilitando formaciones de corta duración (de apenas 40 horas). Y, además, quienes quieran podrán matricularse en esos cursos en cualquier momento del año. Así, una persona podrá, por ejemplo, apuntarse en febrero, cursar las horas que necesite y finalizar la formación en marzo. Es decir, lo que se busca es dar a los trabajadores una formación que se adapte a sus necesidades específicas.

Hasta ahora lo que existían eran dos modelos. Uno al que se accedía desde el sistema educativo y que es la FP tradicional: grados básicos, medios y superiores de dos años de duración. El otro buscaba reciclar a los trabajadores con formaciones de hasta tres años.

A partir de 2024/2025, sin embargo, habrá cinco tipos de módulos (se denominan grados). El A será el más básico y constará de cursos de entre 40 y 2.000 horas, según lo que necesite cada persona (está pensado para trabajadores en activo). Cursando varios módulos A se obtiene el grado B; y con varios módulos B se llega al C, que otorga un certificado profesional. El módulo D agrupa a la FP tradicional y el E serán los cursos de especialización equivalentes a los másteres universitarios.

El nuevo real decreto se ve con muy buenos ojos en Euskadi, que comenzará a implantarlo como proyecto piloto el próximo curso y lo extenderá a toda la red en 2024/2025. No en vano, la FP vasca ha servido en buena medida de modelo para su diseño. Hace tiempo que la formación dual está implantada en el País Vasco y la apuesta es clara por la innovación, la internacionalización... Pero faltaba un paraguas que permitiese aunar las distintas ramas de la FP.

«El Ministerio ha hecho un trabajo encomiable», elogia Jorge Arévalo, vicepresidente de Formación Profesional del Gobierno vasco. «La nueva normativa nos da la cobertura que necesitábamos para alcanzar lo que queríamos: la integración total de las distintas ramas de la FP», celebra. Un sistema «de compleja gestión» (los centros tendrán que adaptarse al hecho de que puedan recibir matrículas en cualquier momento del año), «pero que será positivo para las personas. Necesitamos otro modelo de formación adaptada al futuro».

Arévalo afirma que éste es un paso más para seguir reforzando la FP vasca, cuya empleabilidad cifra ya en «un 89%» de media. El sistema goza de buena salud; el año que viene se han batido todos los récords con casi 50.000 inscripciones.