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Una joven en un examen. M.R.
A juicio por pegar a un compañero que no se callaba en un examen

A juicio por pegar a un compañero que no se callaba en un examen

Los hechos, ocurridos en un instituto de Laviana en 2021, llegan esta mañana a juicio. El agresor se enfrenta a diez meses de prisión

Marta Varela

Miércoles, 21 de septiembre 2022, 08:33

Los hechos ocurrieron en 2021 y llegan ahora a juicio. Un alumno agredió a otro estudiante porque le molestaba su comportamiento durante la realización un examen, en un instituto del municipio de Laviana. La Fiscalía del Principado de Asturias, Sección Territorial de Langreo, solicita la condena del joven acusado de agredir a un compañero porque «no dejaba de hablar durante un examen y no le dejaba concentrarse», puntualizan.

La vista oral está señalada para ser fallada esta mañana en el Juzgado de lo Penal de Langreo, a las 11.30 horas. Según el relato que se aporta desde el Ministerio Fiscal, en torno a mediodía del pasado 22 de abril de 2021, en un instituto del municipio de Laviana, el acusado, que en esa época tenía veinte años, se encontraba en un aula realizando un examen junto con sus compañeros de grupo.

El relato mantenido por la Fiscalía explica que «tras cruzar varios comentarios con su víctima -quien había finalizado el examen unos minutos antes que él- porque no había dejado de hablar durante la prueba, interrumpiendo su concentración, el ahora acusado se aproximó a él y le propinó un puñetazo en la cara».

La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito de lesiones. Y solicita que se condene a esta persona a diez meses de prisión con inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el mismo tiempo. En concepto de responsabilidad civil, el Ministerio Fiscal solicita que el acusado indemnice a la víctima con 1.121,93 euros, más los intereses legales correspondientes.

Insultos, peleas, comentarios despectivos, agresiones para ridiculizarse entre ellos son los conflictos más habituales entre los estudiantes, por lo que los centros educativos tienen establecido un protocolo de resolución de conflictos. No es habitual, reconocen los profesionales, que estos comportamientos terminen en los tribunales.

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