La incertidumbre de los profesores interinos: miles de docentes esperan saber si podrán ser fijos

Los posibles beneficiarios muestran dudas porque son muchos los profesionales que cuentan con ese periodo de antigüedad y saben que no habrá plazas para todos. Por su parte, los 'novatos' que suman menos años de ejercicio profesional deberán centrarse en conseguir alguna de las plazas de nueva creación, en las que las pruebas serán eliminatorias. A estas también optarán algunos de los más veteranos, que no cumplen con todos los méritos requeridos para aspirar a una de las plazas de profesor funcionario que se concederán de forma directa gracias al nuevo decreto del Gobierno central.

5.365plazas para docentes saldrán a concurso en la próxima OPE de Educación, cuya fecha está aún por definirse.

2.697profesores interinos podrán obtener una plaza de funcionario sin necesidad de presentarse a un examen al uso.

40.000son los profesionales docentes que trabajan en el sistema educativo vasco.

A sus 56 años, José Mari Olea acumula más de tres décadas de trayectoria enlazando vacantes como profesor de inglés. En la actualidad, imparte clases en la EPA (Centro Público de Educación de Personas Adultas) de Sestao, pero son muchos los tumbos que ha dado. Va sobrado de años de antigüedad, pero le faltan otros méritos que se deben cumplir para obtener una plaza fija sin necesidad de opositar. Hasta el punto de que no sabe si le llegará «para que después de 30 años me den una plaza sin hacer examen».

La última OPE a la que se presentó fue en 2008 y uno de los requerimientos que exige el nuevo procedimiento para obtener plaza de funcionario por medio de un concurso de méritos es haber realizado oposiciones a partir de 2012. Tampoco ha estudiado otra carrera, algo que también puntúa. José Mari, natural de Abanto pero residente en Limpias (Cantabria), reconoce que hace tiempo renunció a presentarse a más oposiciones, ya que su idea era ir encadenando contratos de sustitución. Se pasó varios años estudiando euskera para sacarse el perfil 2 y lo consiguió.

Sin embargo, lamenta que las plazas de inglés en Secundaria se hayan ido reduciendo en las últimas convocatorias. «En mis primeras oposiciones había 60 puestos y me quedé el número 11 por detrás, pero en la última no había más de 15», recuerda. La forma de adjudicación también ha cambiado. En el último año se ha implementado un sistema de fijación que prioriza mantener en el centro al profesional que ocupa la plaza si ésta sigue libre. «Han pasado a valorar más la preferencia del centro que los años de experiencia», mantiene. A su juicio, la edad también pasa factura a la hora de presentarse a una oposición. «Tengo mucha experiencia, pero ya me cuesta memorizar y no es posible preparar los temas en los niveles que se piden. Los de mi generación no estamos en la misma situación que una persona de 30 años», lamenta.

Galder Pérez, un profesor vizcaíno con nombre ficticio porque prefiere mantenerse en el anonimato, cuenta con 16 años de trayectoria a sus espaldas pero no las tiene todas consigo. A pesar de que se asignarán 2.697 puestos para los interinos, «es difícil que saquen plazas para todos». «Mucha gente que está en listas tiene 10 años de experiencia», explica a EL CORREO este maestro de inglés.

Residente en Getxo y de 39 años, cree que cumplirá con los requisitos que se exigen para conseguir una plaza para toda la vida a través del concurso de méritos, tal y como ha aprobado recientemente el Gobierno central.

Tiene acreditado el perfil de euskera, varias carreras, idiomas y puntos por haberse presentado a anteriores OPE. «He opositado cuatro veces, aunque estudiar en serio una», admite. «Otras fui a probar a ver cómo eran y a ganar puntos», añade. Galder ha ocupado puestos de forma precaria durante varios años. «Te llaman para cinco días y el fin de semana no lo cobras. He ido donde me han reclamado porque toda experiencia cuenta», sostiene.

Sin embargo, no se muestra del todo preocupado porque considera que «trabajo no nos va a faltar». Además, por el momento, no le importa moverse de centro con asiduidad, ya que es una persona a la que le gusta cambiar de aires. «Hago muchos kilómetros al día, pero sé que llegará el momento de afincarme en un colegio y ganar estabilidad. Los que se van a quedar más descolgados son los profesores más mayores. Yo tampoco tengo prisa», apunta.

Soraya García nació en Burgos pero lleva afincada en Bizkaia desde hace más de una década. Consciente de que sin el euskera no podría ejercer su «vocación», se empeñó y se centró en sacarse el C1 para poder acreditar el perfil lingüístico. Aparcó todo lo demás. Por eso, a sus 33 años, se presentará a sus primeras oposiciones después del verano.

Finalmente, la fórmula aprobada por el Consejo de Ministros para convertir a los interinos con más de 7 años de experiencia en funcionarios no ha implicado reducir las plazas de nueva creación. Reconoce que 836 para maestro de Primaria «no son pocas», pero lamenta que se hayan endurecido los requisitos. «Nos lo han puesto más difícil», asegura. A esta treintañera, que reside en Mungia por amor y madre de dos hijos pequeños, no le desagrada que docentes que han tirado de contratos temporales durante años o décadas puedan ganar ahora «la estabilidad merecida». Lo ve «justo».

Ella prefiere centrarse en lo suyo. Sin embargo, todas las esperanzas que tenía de «al menos aprobar y entrar en listas» se han resquebrajado de un plumazo. La fase teórica de la oposición ordinaria será eliminatoria, de modo que no se podrá acceder a la práctica si no se supera el 5. «Es un modelo totalmente anticuado», critica. Además, todo apunta que para la prueba de la unidad didáctica tendrá que estudiar el curso entero. «Habían comentado que bastaba con preparar las clases de unas semanas. Nos están mareando», explica la aspirante que confiesa que conocer el formato de la OPE «ha sido un mazazo». Soraya no ha parado de formarse. Se considera una profesional bien preparada. Consiguió el perfil de euskera con mucho esfuerzo, ya que, tal y como recuerda, «partía totalmente de cero. No sabía ni cómo se decían los números».

Su dedicación tuvo su recompensa y una vez aprobado el nivel requerido, se puso al día con las nuevas tecnologías. «No puedes dejar de estudiar porque va cambiando todo tanto...», sostiene. Todavía no ha podido ponerse a hincar los codos, ya que cursa dos módulos universitarios a través de la UNED. Ahora se ve con el agua al cuello pero no va a tirar la toalla. «De aquí al examen me voy a poner las pilas, al menos, para poder aprobar».