Euskadi refuerza la figura del orientador en los centros escolares

La nueva estrategia ha sido presentada este viernes por la viceconsejera de Educación, Begoña Pedrosa, el viceconsejero de Formación Profesional, Jorge Arévalo, y la directora para la Diversidad e Inclusión Educativa, Lucía Torrealday. Según han explicado, persigue cuatro objetivos fundamentales: reconocer la «relevancia» de la orientación; «empoderar» a los orientadores, que ven su labor respaldada al tener el departamento una estrategia específica para ello; engrasar la coordinación entre orientadores y tutores; y «mejorar» los procesos de orientación, «poniendo al alumno en el centro».

La importancia de contar con un orientador adquirió especial relevancia durante la pandemia, según ha destacado Pedrosa. «Fueron una figura clave», ha afirmado. Fue entonces cuando surgió la idea de diseñar una estrategia que sirviera para «profesionalizar» este puesto. «Desarrollan una labor fundamental», ha indicado la viceconsejera, que también ha recordado que el departamento «ya reforzó» esta figura el pasado curso. Todo ello se sitúa en línea con lo que contempla la Ley de Educación, que afirma que «se prestará especial atención a la orientación educativa y profesional del alumnado».

La figura del orientador surge a menudo en el debate sobre si los centros deberían contar con psicólogos. Representantes de los Colegios Oficiales de Psicología de Euskadi comparecieron el año pasado en el Parlamento para reclamar que se implante este puesto en todos los colegios, pero la propuesta fue rechazada. Los socios de gobierno, PNV y PSE, consideran que sus funciones ya las desempeñan en la actualidad los orientadores.

6.730 personas han participado en la elaboración del nuevo plan entre alumnos, personal orientador y directores de 150 centros educativos, además de «personas referentes en este ámbito». Educación les ha preguntado por su opinión acerca de cómo se desarrolla el trabajo de los orientadores en los colegios. Así, por ejemplo, mientras el 80% de los directores pensaban que «las cosas se hacían bien», el porcentaje entre los alumnos descendía al 40%.

La estrategia no se limita únicamente a los centros escolares. También se extiende a la Formación Profesional (FP) y se abre, además, a la población. La nueva FP que Educación implantará en todos los centros a partir del próximo curso abre la puerta a que cualquier trabajador o persona en desempleo pueda realizar formaciones de corta duración con el objetivo de reciclarse o ampliar su formación. Los servicios orientadores también están pensados para este tipo de perfiles.