Euskadi reforzará el nivel de matemáticas, lectura y ciencias

Las explicaciones de Pedrosa figuran en una respuesta a la parlamentaria del PP Muriel Larrea, que la interpeló a raíz de los pobres resultados obtenidos por los alumnos vascos de 15 años en la última edición del informe PISA, la prueba educativa organizada por la OCDE más prestigiosa a nivel internacional.

El examen tuvo lugar en diciembre de 2022. Los estudiantes de Euskadi sacaron una media de 482 puntos sobre 600 en matemáticas. Hace seis años la puntuación era de 499 y hace doce, de 505. En lectura, obtuvieron 466 puntos (en 2018 fueron 475 y en 2012, 498). Y en Ciencias el resultado fue de 480 (en 2018 se alcanzaron 487 puntos y en 2012, 506). En estas dos últimas competencias, los resultados vascos se situaron por debajo de la media de España, de la UE y de la OCDE. En comprensión lectora sólo Cataluña, Canarias y Andalucía, además de Ceuta y Melillla, sacaron peores registros.

A estas áreas se suma la creatividad, competencia que también se midió por primera vez en la última edición de PISA. Con 31,9 puntos de 60, Euskadi se sitúa por debajo de la media de España.

En este contexto, Pedrosa asegura que «para el curso 2024/25 estamos implementando iniciativas que promueven un aprendizaje profundo y significativo en nuestros centros educativos». Este enfoque, expone, «incluye el fortalecimiento de las competencias clave en áreas como lectura, matemáticas y ciencias», además de las mencionadas «prácticas pedagógicas» para «fomentar» la creatividad, «competencias esenciales para el éxito en las evaluaciones internacionales».

Por otro lado, la dirigente también hace referencia a la «conciencia digital». «Desde el Departamento de Educación se considera que es necesario impulsar hábitos, actitudes y estrategias que favorezcan la convivencia positiva también en el ámbito digital, ya que las tecnologías no sólo brindan nuevas oportunidades y mejoras, sino que también son fuente de riesgos y amenazas, que deben afrontarse», afirma. Es en este marco en el que cada centro educativo deberá diseñar, para finales de año, su propia normativa a fin de regular el uso de móviles tanto en clase como en el entorno escolar.