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verónica melo
Martes, 30 de agosto 2022, 07:02
El curso escolar empieza oficialmente en diez días y en los centros educativos de Secundaria y Bachillerato todavía se preguntan qué van a impartir definitivamente en cada asignatura e incluso qué temario deben impartir en algunas nuevas. La aplicación de la última reforma educativa, la ... Lomloe, a partir de este septiembre en los cursos impares obliga a hacer cambios tanto en la forma de enseñar como en algunas asignaturas.
De esta forma quienes deben diseñar las clases en 1º y 3º de la ESO y en 1º de Bachiller no saben definitivamente a qué atenerse y el inicio oficial de vuelta al colegio es el 8 de septiembre. Están pendientes de la publicación de los decretos curriculares de cada curso que depende del departamento vasco de Educación. Son los textos de obligado cumplimiento para todos los centros educativos en la que se incluyen desde la letra pequeña de cada asignatura, a las horas que se deben dar por cada una de ellas e incluso la forma de evaluar. Y de momento se sabe que no están y que tardarán.
El Gobierno vasco mandó antes de verano a los colegios unos borradores para que sirviesen de guía a la hora de organizar este curso 2022-23 y con ellos siguen. Los centros educativos confían en que una vez se publiquen los decretos curriculares no cambien mucho con respecto a lo que ya se les ha enviado. Lo que más temen es que se modifique el planteamiento o el reparto de horas de clase lo que les obligaría a modificar la organización de las mismas e incluso la propia carga de trabajo de los profesores con las clases ya en marcha.
Además en este curso cambia la forma de evaluar que definitivamente pasa a ser un sistema continuo con la que algunos centros vascos ya han estado trabajando. Se apuesta también por una enseñanza competencial, alejada de la memorización sistemática de contenidos, pero a falta de una concreción real que provenga de Educación, cada centro lo va a implantar a su manera.
Para los directores de los centros educativos empezar el curso sin los decretos curriculares es algo «insólito». En la ESO se empieza con la implantación de la docencia por ámbitos. Se podrán aunar asignaturas complementarias en una lo que permitirá la codocencia, es decir, más de un profesor en el aula que trabaja esa área. La inconcreción hace que los movimientos en este sentido sean más intuitivos que normativos.
A todo esto se añade la preocupación por los alumnos de primero de Bachillerato. Cada uno de los resultados de las asignaturas de los dos cursos previos a la Universidad cuentan para la nota de Selectividad y los estudiantes se pueden jugar el acceso a la carrera deseado por tan solo una centésima. Así que empezar un año sin saber exactamente qué se da en cada asignatura añade inquietud al inicio del curso. Para este 2022-23 los alumnos han podido elegir hasta cinco modalidades de estudio, uno más que en los cursos precendentes -Ciencia y Tecnología, Humanidades y Ciencias Sociales, Artes Plásticas, Artes Escénicas y General-. Ante la falta de concreción de las materias a impartir algunos centros decidieron no ofrecer la novedad de este curso, el General, que sigue sin tener definidos sus contenidos.
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