A los ingenieros les llueven las ofertas. Se vio ayer en el estadio de San Mamés. Medio millar de jóvenes acudieron a la feria de empleo organizada por la Escuela de Ingeniería de Bilbao en el anillo del estadio (se celebra ahí por ser un « ... espacio amplio»). Más de un centenar de empresas trataban de seducir a los estudiantes, conscientes de que el talento escasea y la competencia por atraerlo es enorme.
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Asier Salgado y Egoitz Burgo se paseaban entre los estands. Estos dos jóvenes, de 21 años, aún no han terminado la carrera pero sondean el mercado laboral. Como buenos ingenieros, son meticulosos. Tenían una lista con decenas de nombres de empresas. Apuntaban, subrayaban, tachaban... Explican que el «filtro» de la carrera es «duro». «Cada año quedan menos». Eso sí, «hay ofertas de trabajo de sobra. La cosa luego es encontrar una buena empresa, ser bueno y ganarse el puesto».
«Hay una necesidad brutal de ingenieros», analizaba Charles Pinto, director de la escuela. Si hace unas décadas eran las empresas quienes tenían la sartén por el mango y decidían a quién contratar, ahora las cosas han cambiado y son los jóvenes quienes se dejan agasajar. «Las empresas se rifan a los ingenieros», resumía.
«Vienen con las ideas muy claras», opinaba Janire Duro en el estand de Geuria, compañía especializada en eficiencia energética. «No es fácil la captación de talento». Nekane Vélez y Jennifer Guerrero, de la empresa Bizintek, coincidían en el análisis. En su caso, buscan ingenieros electrónicos. Sostienen que, frente a los «grandes sueldos» que ponen encima de la mesa las grandes multinacionales, las compañías más pequeñas ofrecen otros incentivos, como la conciliación o la flexibilidad para teletrabajar.
Para Noelia Vieira, Marina Martínez y María Alonso, estudiantes de máster de 23 años, lo más importante es «encontrar una compañía que nos guste, que el proyecto sea atractivo y que tengamos la posibilidad de crecer en la empresa». Algo parecido buscaban Ángela Lezaola y Ánder Sáenz. Priorizan «los proyectos» y que la empresa «esté cerca de casa»
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Según explica Alberto Oleaga, director de relaciones con las empresas en la escuela, los informes de la Unión Europea revelan que el porcentaje de jóvenes que se decantan por carreras industriales es cada vez menor. Una situación que «preocupa» a la industria, al Gobierno vasco y a la propia facultad. «Necesitamos una cantidad de ingenieros que no titulamos ni en Euskadi ni en España o Europa». En cualquier caso, el experto señala que la mayoría de nuevos graduados en Bilbao se quedan en el País Vasco a trabajar.
En ese esfuerzo por adaptar oferta y demanda, la escuela está en constante cambio. Si hace veinte años contaba con ocho carreras, ahora los grados son doce y los másteres, dieciocho, algunos de muy reciente creación. Se ofrecen especializaciones en ingeniería energética, biomédica... «Estamos atentos a las necesidades del mundo laboral», zanja Oleaga.
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