Educación pone fin a la picaresca de pedir transporte público para ahorrar en el comedor

Hasta el curso pasado quienes recibían esa ayuda de transporte obtenían también un descuento si comían en el centro escolar. Se les aplicaba una cuota reducida que suponía un importante ahorro para las familias. Las tarifas eran las siguientes: quienes utilizaban el comedor de forma esporádica tenían que pagar 5,20 euros por menú; quienes acudían a este servicio a diario, el precio era de 4,60; y si eras beneficiario del transporte escolar por residir lejos del centro, la cuota bajaba hasta los 3,30 euros por día. Una rebaja que al mes suponía un pellizco de más de 25 euros, en función del número de jornadas lectivas. La estratagema que utilizaban algunas familias -la consejería no ha dado datos de a qué porcentaje afectaba- suponía, además una doble merma en el presupuesto del Departamento puesto que, por un lado, tenía que abonar esa diferencia a las empresas de catering y debía pagar a las compañías de bus privadas por una plaza que no se utilizaba.

De ahí que para el próximo ejercicio la regulación haya cambiado y se hayan desvinculado ambas ayudas. Es decir, se podrá solicitar tanto el transporte público como la asistencia al comedor, pero la concesión de la primera no supondrá automáticamente un descuento en los menús. La decisión se tomó en marzo, cuando se sacó a exposición pública el cambio de normativa y esta semana se ha vuelto a publicar en el tablón de anuncios del Departamento de Educación.

El Ejecutivo autónomo también ha introducido otra modificación. Ser beneficiario del transporte escolar daba prioridad a una plaza en los comedores. Ya no será así. La nueva regulación dará preferencia a los hijos de aquellas mujeres que hayan sufrida violencia de género, a los escolares que hayan obtenido una beca y a los alumnos que ya tengan un hermano que acude a diario a ese servicio de comidas.