El Gobierno vasco detectó 218 casos de bullying el curso pasado, 61 más que el anterior

Tras analizar la información enviada por la Inspección Educativa, que centraliza todos los datos relativos a este tipo de incidencias, el pasado curso se identificaron un total de 218 casos de acoso escolar en Euskadi. Son 61 episodios más que el año anterior, cuando se confirmaron 157. En total, los técnicos analizaron 1.543 situaciones susceptibles de ser catalogadas como bullying, con lo que el porcentaje de casos confirmados se sitúa en el 14%, muy similar a años anteriores, aunque debe tenerse en cuenta que los expedientes abiertos también fueron más.

«Cabe destacar que en poco más de una década los protocolos de actuación ante situaciones de acoso escolar abiertos en los centros escolares y analizados por la Inspección de Educación se ha disparado: de los 75 casos que se analizaron en el curso 2008-2009, a los 1.543 del curso 2022-2023», admiten desde el departamento que encabeza Jokin Bildarratz. Analizando las cifras, se constata que es en la Educación Secundaria Obligatoria -de 12 a 16 años- donde se produce el mayor número de casos identificados (61% del total), y especialmente en 1º y 2º de la ESO -entre 12 y 14 años-, donde se concentra el 47% del total. Cabe señalar, asimismo, que en el 27% de las agresiones se ha producido, predominantemente, a través de redes sociales, Internet o cualquier otro medio cibernético. Se consideran casos de ciberbullying.

El tipo de acoso que más se produce, no obstante, es el de tipo verbal, que está presente en el 85,7% de los casos confirmados. Le siguen la exclusión y marginación social (53,6%), la agresión física directa (34,8%), la agresión física indirecta (33,9%) o la casuística de intimidación, chantaje o amenazas, con presencia en un 33,03% de las situaciones detectadas.

Las autoridades educativas vascas achacan el incrementos en los datos a varios factores. Entre ellos aluden a «una mayor implicación, sensibilización, formación -con programas como Bullying-aren Aurkako Taldea- y seguimiento», de la comunidad educativa que consigue que, «ante la menor duda, se analice cada caso y se abra el protocolo de actuación elaborado por el Departamento de Educación y que en estos casos es de obligado cumplimiento». También los relacionan con «el papel más activo que en los últimos años ha tomado la Inspección ante esta cuestión, así como la mejora de las herramientas de detección» o con las puesta en marcha de iniciativas como Bizikasi, que lleva ya siete cursos desarrollándose en las aulas de Euskadi.

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