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yolanda Ruiz
Jueves, 7 de noviembre 2019, 01:30
Con una discapacidad del 77% por una distrofia muscular de Duchenne, Gaizka Prieto concluyó el pasado curso un grado de Marketing en la Facultad de Sarriko de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Pero a sus 24 años recién cumplidos, este joven durangués que ... se mueve en silla de ruedas ha decidido continuar su formación «para integrarse en el mercado laboral considerando sus importantes limitaciones físicas», advierte su padre, Eduardo. Matriculado ahora en Administración y Dirección de Empresas (ADE), no puede acogerse a la subvención del Departamento de Educación del Gobierno vasco para sufragar los gastos de transporte. «La normativa no permite cursar más de un grado con estas ayudas», alegan desde el Ejecutivo autónomo. Según explica un portavoz oficial, el «mismo nivel de apoyo» económico solo puede prorrogarse «en el nivel de máster».
El padre del Gaizka interpreta que «no es justo ni lógico que exista una subvención para hacer frente a los gastos del transporte adaptado a la hora de cursar un máster y no para un segundo grado». Entiende que todo esto es un «sinsentido» y una «injusticia» para su hijo, por lo que continúa la batalla que inició el pasado mes de julio. Aspira a que Educación modifique la «absurda» normativa.
Desde el Departamento de Educación reiteran que para cursar más de una carrera ningún estudiante puede recibir una beca de estudios ni tampoco acogerse a las ayudas al transporte que precisan personas con dificultades de movilidad. «Es el requisito general para todo el alumnado que cursa sus estudios universitarios», advierten en respuesta a las demandas de este joven vecino de Durango.
Departamento de Educación
Eduardo Prieto agradece las ayudas que su hijo ha percibido para poder trasladarse en un taxi adaptado desde su domicilio de Durango hasta la Facultad de Sarriko a estudiar Marketing. Por indicación del Departamento de Educación -que consideró que el número de asignaturas era excesivo para un estudiante que presentaba una discapacidad del 77%-, Gaizka realizó el grado en seis cursos.
En el primero de ellos, en septiembre de 2013, percibió 12.000 euros, cantidad que se rebajó a 10.000 y se ha ido manteniendo en los últimos cinco cursos. El gasto del taxi, sin embargo, ha oscilado entre los 13.600 y 16.500 euros en función de los días que asistía a la Universidad. «Las hospitalizaciones justificaban sus ausencias», matiza su aita.
Para hacer frente a los cien euros diarios que le cuesta el viaje diario entre Durango y Sarriko, vuelta incluida, recibió también una ayuda del Ayuntamiento de Durango, que osciló entre 1.600 y 3.060 euros. El transporte adaptado para Gaizka supuso un gasto global de 72.362 euros, de los que 58.00 0 euros corrieron a cuenta del Gobierno vasco. Otros 9.936 euros fueron aportados por el Consistorio y el resto lo abonó la familia.
El padre de Gaizka se muestra dolido y asegura que no alcanza a comprender la «filosofía del Departamento de Educación». «Es algo intangible y carente de sentido. En el supuesto de que mi hijo hubiera optado por realizar un máster, el Gobierno vasco hubiera tenido que desembolsar unos 48.000 euros cuando el grado en el que se ha matriculado le acarrearía un gasto de unos 20.000. No tiene base alguna para sustentarse».
Mientras Eduardo hace hincapié en el derecho de su hijo a estudiar un segundo grado, desde el Departamento de Educación subrayan que ya ha «estado exento de pagar la matrícula durante todos los cursos de Marketing».
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