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La baja tasa de natalidad, el miedo al coronavirus y, ahora, la grave situación económica por la que atraviesan muchas familias están detrás del descenso en la matriculación que sufren las guarderías en Euskadi. Según explicaron ayer integrantes del Consorcio Haurreskolak, en las 236 escuelas ... infantiles públicas para niños de 0 a 3 años que abren sus puertas en 178 municipios vascos «recibimos bajas continuamente, de un día para otro. Familias que les matricularon en el mes de mayo se vieron obligadas a dejar la plaza en septiembre porque no podían afrontar el pago y, en estos momentos, muchas que habían traído a sus niños están anulando la matrícula porque ven que no van a poder pagar el mes que viene». El sector exige «de manera urgente» al Departamento de Educación que lleve a cabo «una reflexión en torno a las cuotas de las haurreskolas durante el tiempo que dure la pandemia».
«Jurídicamente hay que darle una vuelta y adaptar el precio a la situación precaria que viven muchas familias, porque aunque puedan atender a sus niños en casa, la educación desde edad temprana no sólo es un derecho que tienen, sino que está demostrado que es beneficiosa para los pequeños», señalaron ante la Comisión de Educación del Parlamento vasco representantes de los sindicatos ELA, LAB y Steilas, convocados a propuesta de EH Bildu.
A día de hoy, sólo las familias con una renta inferior a 18.000 euros tienen un descuento de un 10% en la cuota de la haurreskola. El resto deben afrontar un pago mensual que ronda los doscientos euros. «Precisamente son las familias en situación más vulnerable las que más necesitadas están de estímulos para sus hijos, que la haurreskola les puede proporcionar», sostienen los trabajadores.
Por otra parte, las centrales sindicales de la red pública de guarderías han señalado «problemas» a la hora de implantar el Protocolo de Contingencia de Educación. «No había suficientes recursos personales y tampoco medios económicos, así que hubo que quitarlo y adaptarse», denuncian. «Los medios personales obedecieron a los criterios de siempre, como si la pandemia no estuviera sobre la mesa y, respecto a los medios económicos, la partida de los centros se destinó a adoptar medidas de seguridad ante contagios por Covid-19, aunque no era un dinero previsto para ello en origen», subrayan. Los representantes de los trabajadores de las haurreskolas lamentan asimismo que la matrícula en la red pública se abra «dos meses después» que en la red privada. En mayo, en lugar de en febrero, como sucede en esta última.
Las explicaciones de los sindicatos abrieron un debate sobre las haurreskolas en el seno de la comisión parlamentaria. El PNV señaló que los trabajadores de estos centros «no han podido sentirse abandonados por la Administración cuando el presupuesto para la red pública infantil de 0 a 3 años ha aumentado más de un 15% en los últimos dos cursos. La respuesta de la Administración es honesta aunque quizá no suficiente», matizaron desde las filas jeltzales. El grupo Socialistas vascos pidió «la implicación de los ayuntamientos» en el fomento de las haurreskolas. Y desde la oposición, EH Bildu apostó por «la gratuidad total» de las haurreskolas, medida que también apoyó Podemos. El PP insistió en que «los niños que quieran formarse en esta etapa en castellano también puedan hacerlo»
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