Los colegios del centro de Vitoria deben reservar un 27% de plazas para vulnerables

La zona 2 (que abarca los barrios de Txagorritxu, Ibaiondo, Sansomendi o Lakuabizkarra) también ha aumentado su índice de vulnerabilidad. Ha pasado de un 22,6% a un 26,73%. En el caso de la zona 3 (Mendizorroza y Zabalgana) ha ocurrido lo contrario, y es que esos colegios tendrán que reservar algunas plazas menos para el alumnado vulnerable ya que el índice ha pasado de un 17,14% a un 15,79%. En esa área entran centros concertados como Armentia Ikastola, Vera Cruz, Virgen Niña, Corazonistas o Nclic.

Sin embargo, donde más cambios van a notar en el índice de vulnerabilidad a la baja es en la zona 4 (la parte Este de la ciudad, Salburua, Arana y Judimendi). En ese área han pasado de tener un índice provisional del 27,65% a 'solo' un 13,51%. Afecta a centros como Olabide o Calasanz Escolapios y de la red pública a Ángel Ganivet, Errekabarri, Salburua o Arantzabela.

¿Y qué es un alumno vulnerable? Aquél que presenta alguno de estas características: retraso madurativo, trastornos del desarrollo del lenguaje y la comunicación, trastornos de atención o de aprendizaje, desconocimiento grave de la lengua de aprendizaje, situación de vulnerabilidad socioeducativa, altas capacidades intelectuales, haberse incorporado tarde al sistema educativo o condiciones personales o de historia escolar.

La actualización llega después de que las familias hayan rellenado un cuestionario durante la matrícula. Esta ha sido, precisamente, una de las grandes polémicas: la forma de detectar a este tipo de estudiantes. Las patronales de la concertada y las asociaciones de la red pública han criticado «falta de transparencia» en los criterios seguidos y que el test preguntaba por cuestiones fácilmente manipulables.

EL CORREO ha tenido acceso a esos criterios. En el cuestionario que las familias rellenaron se tuvieron en cuenta cinco factores: los estudios y formación de los padres (suponía el 23,7% de la puntuación); las posesiones de la familia (20,3%); el número de libros en casa (19,3%); los bienes económicos y culturales de la familia (18,6%); y el trabajo de los progenitores (18%).

Esos cinco factores sumaban una puntuación. Las familias que estaban entre el 15% que menos puntos lograron son los que han sido catalogados como vulnerables. Y son, por tanto, los alumnos a los que los centros deben reservar plaza. La preocupación de muchos colegios es «¿qué pasa si reservo una plaza para un estudiante de estas características y se queda vacía?».