El consejero de Educación, Jokin Bildarratz, ha pedido a «todos» los centros educativos que reciben fondos públicos (esto es, públicos y concertados), que se «responsabilicen de igual manera» ante la «vulnerabilidad» socioeconómica. «En una sociedad cada vez más diversa, lograr una mayor cohesión social es ... para nosotros una cuestión básica», ha señalado.
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Bildarratz ha presentado este lunes la campaña de matriculación para el próximo curso, que tendrá lugar entre el 7 y el 23 de febrero. «Es muy importante respetar los plazos», ha subrayado. En el acto, que se ha celebrado en el centro público de Infantil y Primaria Gurutzeta de Barakaldo, el consejero ha estado acompañado por la viceconsejera Begoña Pedrosa y el director de Centros y Planificación, Eugenio Jiménez.
El proceso de matrícula seguirá regido por el reparto del alumnado vulnerable, en virtud del compromiso adquirido por la inmensa mayoría del Parlamento vasco en el pacto educativo firmado en abril de 2022. El mecanismo se implantó por primera vez el pasado curso en el aula de dos años, y en esta ocasión se extiende también al aula de tres años. Cada curso se aplicará a más niveles, de una manera «progresiva».
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La iniciativa provocó el año pasado una fuerte polémica porque obligó a todos los centros a reservar una serie de plazas para los alumnos considerados vulnerables (el departamento calcula que lo son el 15% de los estudiantes de Euskadi). El problema es que la medida obligó a muchos colegios a rechazar alumnos y, en algunos casos, nunca llegaron los estudiantes más desfavorecidos, con lo cual esas plazas quedaron vacías.
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Las patronales de la escuela concertada, pero también voces relevantes de la red pública, alzaron la voz contra un reparto que consideraron «opaco». Algunos agentes educativos, como Ikastolen Elkartea, siguen criticando la «opacidad» del proceso. No hay que olvidar que, en un contexto de baja natalidad, para un colegio es vital captar alumnos en los cursos inferiores para garantizar la viabilidad del centro a largo plazo. El año pasado se matricularon algo más de 12.000 escolares en el aula de dos años. Educación calcula que este año serán unos 11.000.
«Es un proceso complejo», ha admitido Bildarratz, que se ha mostrado confiado en que el proceso esta vez «va a ser mejor» y ha combatido las críticas señalando que el departamento es «transparente» y que los criterios para repartir el alumnado vulnerable son públicos. El dirigente ha recordado que, pese a la polémica, el curso pasado el 94% de las familias lograron plaza en su primera opción y otro 4%, en alguna de las opciones señaladas. Solo un 2% tuvo que ser asignado a un centro por parte del departamento.
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Al igual que hace un año, la condición de vulnerable será atestiguada mediante un test que, entre otros asunto, pregunta por el número de libros en el domicilio familiar o el número de habitaciones. Solamente las familias que accedan al sistema educativo por primera vez deberán rellenar el cuestionario. El objetivo es detectar qué familias están en una situación de mayor vulnerabilidad socioeconómica y cultural, a fin de otorgarles una mayor protección y favorecer su integración. El test este año será igual, «aunque es posible que tenga algún retoque», ha señalado la viceconsejera Begoña Pedrosa. En cualquier caso, ha recalcado que es el mismo test que se utiliza, por ejemplo, en las pruebas de PISA y que está «probado» científicamente.
La principal novedad de la campaña de matriculación es que, por primera vez, el departamento garantizará una plaza a aquellos alumnos que ya tengan un hermano matriculado en el centro elegido. Hasta ahora nunca había sido así «por motivos jurídicos», ha señalado el consejero. El año pasado en torno a una veintena de familias, sobre todo en Gipuzkoa, se vieron obligadas a matricular a sus hijos en centros distintos.
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Hay otro cambio relevante. El departamento trata de promover una escolarización de proximidad; por eso, la cercanía del centro al domicilio (o al puesto de trabajo de los padres, aunque se tiene que elegir entre un criterio u otro) es lo que mayor puntuación otorga a la hora de baremar, en caso de que un centro reciba más solicitudes que las plazas de las que dispone. Pues bien, este año las familias tendrán cinco puntos si el centro que escogen es el más cercano pero está situado en un área de influencia limítrofe a la zona en la que se reside. Hasta ahora se recibían dos puntos.
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