Estudiantes de Ingeniería de Bilbao lanzan el cohete de mayor tamaño creado por universitarios en España

'Charlie'. Así se llama el cohete con el que estudiantes de la Escuela de Ingeniería de Bilbao han batido un récord. El equipo BisKY Team de la UPV/EHU culminó con éxito este pasado martes el lanzamiento del cohete de mayor tamaño construido por universitarios en España. Según han informado fuentes de la institución académica, el artefacto alcanzó los 3,5 kilómetros de altura, lo que sitúa a este proyecto como el segundo cohete creado por estudiantes que más alto ha volado.

El lanzamiento tuvo lugar desde el campo de maniobras del Ejército en San Gregorio (Zaragoza). Con sus 3,2 metros de longitud y 20 centímetros de diámetro, los alumnos del Máster en Ingeniería Industrial de la Escuela de Ingeniería de Bilbao han logrado toda una gesta. Anteriormente, este equipo creado en el curso 2017-2018, ha lanzado seis cohetes y construido un motor de cohete propio.

Este último año ha sido particularmente bueno para BiSKY Team, habiendo realizado cuatro lanzamientos de tres cohetes distintos. Por tanto, han duplicado en un solo año el número de lanzamientos total con los que cuenta el equipo. También se ha avanzado en el desarrollo de un segundo prototipo de motor cohete híbrido, una tecnología clave para los futuros proyectos del equipo. «El cohete' Charlie' supone un salto en escala importante respecto a los anteriores cohetes del equipo», revela Jon Pérez, uno de los autores del proyecto.

El objetivo final del equipo es alcanzar el espacio, a 100 km de altura. «Ese es un reto muy ambicioso, y requerirá de tiempo y de multitud de ensayos y desarrollos previos para alcanzar esa meta. Para ello, el próximo objetivo a corto-medio plazo es desarrollar un cohete con motor híbrido propio, dado que contar con un sistema de propulsión diseñado por nosotros nos permitirá dimensionar el cohete de acuerdo a nuestras necesidades», agrega.

Las operaciones de lanzamiento comenzaron 3 horas antes del despegue. Durante los trabajos previos, el equipo instaló el raíl de lanzamiento, preparó el artefacto y se aseguró de que las condiciones climatológicas eran adecuadas para ejecutar la operación. Con todo listo el cohete alzó vuelo a las 11.15 horas, alcanzando en pocos segundos más de 1000 km/hora. Una vez en el punto más alto del vuelo, la electrónica desarrollada por el equipo detonó unas cargas pirotécnicas con las que se desplegó el paracaídas secundario, de manera que el cohete descendiese a una velocidad limitada. Cuando el aparato se encontraba a tan solo 400 metros de altura, la electrónica volvió a actuar para desplegar un segundo paracaídas, este de mayor tamaño, con el objetivo de que el cohete aterrizase de forma suave.