Avanzan las negociaciones para asegurar el transporte escolar al inicio del curso

El conflicto que mantienen las compañías y el Departamento de Educación ha vuelto a poner en riesgo un año más el traslado de miles de estudiantes a sus centros escolares tal y como ocurrió el septiembre pasado. En 2023, unos 7.400 estudiantes vascos se quedaron sin autobús durante la primera semana de clases. Pero si hace apenas unos días fuentes conocedoras del proceso aseguraban a EL CORREO que la mitad de las 133 rutas que hay en Bizkaia estaban aún sin cubrir, ahora confirman que el «porcentaje debería ser más bajo». El motivo es que «algunos» operadores han aceptado hacer las rutas tras negociar «a título particular» con cada delegación territorial.

El Departamento sacó hace meses a concurso los diferentes contratos que había que adjudicar, pero muchos de ellos quedaron desiertos. Ahora la consejería trabaja a contrarreloj para que los alumnos que viven lejos de sus centros de estudio puedan llegar en autocar. La fórmula utilizada para solucionar el problema de forma ágil es intentar llegar a acuerdos «directos» con los diferentes operadores. Así, el Gobierno vasco se ha puesto en contacto con diversas compañías para negociar y cerrar este servicio esencial cuanto antes. Desde el Departamento aseguran de hecho que el proceso no está estancado y que «se está llegando a acuerdos». La propia consejera, Begoña Pedrosa, en declaraciones a la televisión pública vasca, hizo un llamamiento a la «tranquilidad».

Aunque hay progreso, aún queda por hacer. Según explican fuentes del sector, «sólo las empresas grandes pueden hacer frente a las condiciones» que marca el Ejecutivo. Advierten de que «no son rentables» y que «hay transportistas que no pueden comprometerse a coger el servicio por la falta de personal o buses». Asimismo, la patronal apoya que los contratos ofertados «no cubren ni los gastos». Esto hace que las rutas más afectadas sean las que están alejadas del área metropolitana. Es decir, las que tienen más kilómetros y en consecuencia, las que mayores gastos deben afrontar.

Estos contratos temporales estarían vigentes unos meses hasta que el área vuelva a poner en marcha un nuevo proceso ordinario de licitación. Se prevé que sea durante el invierno, pero el escenario seguirá siendo incierto para los transportistas. Sobre todo, explican, si «ofrecen las mismas condiciones». «Cada operador sabe el coste directo e indirecto de cada una de las rutas. El problema es que se sacan los concursos con unos índices de referencia que están desactualizados. Se analizan los importes del año pasado y los baremos no son reales», dicen.