Los alumnos vascos de la ESO no tendrán exámenes de recuperación en junio para pasar de curso

En un curso escolar que se ha visto alterado por la sexta ola de la pandemia, las direcciones de las escuelas e institutos de la comunidad trabajan ya en unas nuevas condiciones que buscan «aumentar las oportunidades educativas y formativas de toda la población de cara a contribuir a la mejora de los resultados educativos del alumnado». El objetivo, por tanto, es implantar la evaluación continúa, es decir, dejar de tener en cuenta solo la nota de los exámenes, sino el trabajo de todo el año.

Una estrategia pedagógica por la que apuesta el Ejecutivo autonómico desde 2014 y que recogía Heziberri, el programa que marca lo que debe estudiar un alumno de la comunidad durante la etapa de educación obligatoria. El propio consejero, Jokin Bildarratz, ha mostrado en varias ocasiones su defensa a esa forma de valorar las competencias y conocimientos de los alumnos frente a los tradicionales exámenes.

El nuevo ordenamiento legal para esta etapa de la enseñanza modifica la evaluación, promoción y titulación, basándola en la consecución de los objetivos y en la adquisición de las competencias básicas. De esta manera, cobrará una gran relevancia el papel del profesorado, a quien se otorga la responsabilidad de decidir sobre la promoción y titulación del alumnado. Según figura en el documento, promocionarán al siguiente curso los estudiantes que hayan superado todas las asignaturas o tengan evaluación negativa en una o dos materias, en cuyo caso, se establecerán los correspondientes planes individualizados de refuerzo.

Es decir, en el caso de Euskadi se mantiene como el curso pasado. Anteriormente, ya se habían endurecido los requisitos para pasar de curso en la ESO, ya que en años anteriores los alumnos podían arrastrar hasta tres suspensos. En caso de falta de consenso por parte del profesorado respecto a las decisiones sobre promoción o titulación, estas serán adoptadas por acuerdo de, al menos, dos tercios del equipo docente que interviene en el proceso de enseñanza aprendizaje del alumno o alumna.

Otra de las modificaciones más importantes que implica el decreto ministerial es que los estudiantes solo podrán repetir dos veces como máximo en la ESO y una en Primaria. Desde el Gobierno vasco inciden en que la repetición de curso será «una medida excepcional, que deberá estar sólidamente argumentada y acompañada de un plan específico y personalizado de apoyo para la adquisición de las competencias no alcanzadas».

En Bachillerato, sin embargo, no habrá cambios. El profesorado de cada materia decidirá, al término del curso, si el alumno ha logrado los objetivos y ha alcanzado el adecuado grado de adquisición de las competencias correspondientes. Los adolescentes promocionarán de primero a segundo de Bachillerato cuando hayan superado las materias cursadas o tengan evaluación negativa en dos materias, como máximo.

Para obtener el título será necesaria la evaluación positiva en todas las asignaturas de los dos cursos de Bachillerato. No obstante, se contempla la posibilidad de que, excepcionalmente, el equipo docente pueda decidir la obtención del título de Bachiller por el alumno que haya superado todas las materias salvo una, siempre que se considere que ha alcanzado los objetivos y las competencias vinculados a ese título.