La curiosa esquela de un asturiano que llama la atención por su divertida foto

Fue un hombre guasón, un padre simpático y un amigo bromista y así le quieren recordar. A quien se asome a la esquela de Sebastián Márquez Cruz y le vea en una fotografía lanzando una peineta póstuma que no piense que es una mala jugada de sus familiares y de ninguna manera crea que el finado lanza un mensaje negativo a los aquí se quedan vivos. Todo lo contrario. Esa foto, en esa actitud, responde a todo lo anterior: a un hombre guasón y bromista con el único límite de hacer feliz a los que le rodeaban. «Mi padre hubiera elegido esa foto, fijo, para despedirse», asegura su hija Toñi Márquez Noriega al conocer el interés generado por una esquela cuando menos curiosa y que han publicado en La Voz de Avilés.

«Sé que no es una foto muy convencional, pero de verdad que es la esencia de mi padre. No tiene que parecerle mal a nadie. Él se tomaba la vida con humor». La vida...Y la muerte. Porque como señala Toñi, habría que haberle conocido para entender que todo es una broma: «Tenía momentos jodidos o dificultades y siempre les ponía una nota de humor. Adonde ibas con él te lo hacía pasar bien. Te hacía reír. Viene siendo algo así como un continuo 'a buen tiempo buena cara'», asegura. Sebastián Márquez Cruz era viudo. Extremeño de raíces, llegó a Asturias como otros muchos inmigrantes de interior en busca de trabajo en la Avilés industrial del pasado siglo.

Toda su vida trabajó vinculado a las empresas de montajes de estructuras. Hace no mucho sufrió un ictus y su estado de salud empeoró. El pasado 20 de noviembre falleció. Su funeral se ha celebrado este martes 22 de noviembre a las cuatro y media de la tarde en la iglesia parroquial de San Pablo de la Luz. «Genio y figura hasta la sepultura», sentenciaron desde el tanatorio donde velaban sus restos.

• Temas
• Avilés