Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
JOSÉ DOMÍNGUEZ
Miércoles, 4 de diciembre 2019, 10:57
«La crisis climática y sus efectos son ya, lamentablemente, parte de nuestra realidad. Pero no podemos darnos por vencidos, ni caer en la melancolía ante un problema de marcado carácter global». El consejero de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda, Iñaki Arriola, aseguró este ... miércoles que «Euskadi tiene ante sí un reto enorme y un horizonte claro: conseguir la descarbonización y frenar el calentamiento global». Con esa encomienda, el Gobierno vasco ha puesto en marcha el proyecto Urban Klima 2050, el mayor plan de acción climática que se desarrollará en la comunidad en los próximos seis años y que el responsable socialista presentó en sociedad en el Palacio Euskalduna de Bilbao. Mediante esta ambiciosa iniciativa liderada por la sociedad pública Ihobe, que arrancará con la elaboración de un exhaustivo diagnóstico de los riesgos reales de los núcleos urbanos en la comunidad (especialmente en la costa y las inmediaciones de ríos y desembocaduras), se analizará y definirá al detalle cómo, dónde y cuándo actuar.
De este modo, hasta 2025 y de forma pionera y experimental, se pondrán en práctica 40 acciones concretas para reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera y dotar al territorio de herramientas naturales que le permitan resistir con mayores garantías a los efectos del calentamiento global. Desde mejoras en la permeabilidad del suelo para evitar inundaciones, a ampliar los bosques y zonas verdes para multiplicar la capacidad de absorción de las partículas contaminantes en el aire o apostar por un urbanismo sostenible que permita sobrellevar con menos sofocos y tiritonas los episodios de temperaturas extremas. «Se trata de conseguir la adaptación del territorio pese a los cambios adversos impuestos por el clima», resumió Iñaki Arriola frente a más de 150 representantes de las veinte administraciones, entidades y empresas que participarán en el megaproyecto.
El consejero remarcó que el plan abarca a toda Euskadi, si bien en Bizkaia serán Bilbao y su entorno, pero sobre todo Urdaibai, las principales zonas que ejercerán como laboratorios de pruebas. En zonas de la Reserva de la Biosfera como Bermeo, Bakio y Gernika se buscarán soluciones para adaptar los puertos y zonas costeras. Y en las cuencas y desembocaduras de los ríos Butrón, Oka e Ibaizabal para prevenir inundaciones y optimizar y garantizar el suministro de agua en caso de sequías. En Álava se potenciará el uso de la bicicleta eléctrica y la agricultura ecológica en Vitoria y su entorno y la reutilización energética como biomasa de los restos de poda de viñedos en la Rioja Alavesa. En Gipuzkoa se actuará en San Sebastián y Zarautz.
Estas intervenciones tendrán gran importancia, no sólo para los lugares donde se desarrollen, sino porque se quieren exportar a otras «localidades, comarcas o cuencas» de Euskadi, España e, incluso, Europa. En todas «se buscarán soluciones naturales, como el impulso de infraestructuras verdes, de la movilidad sostenible y de proyectos de energías renovables».
Urban Klima 2050 exigirá una inversión pública de 19,8 millones de euros, si bien la UE financiará el 51% del presupuesto tras incluir las autoridades europeas el proyecto dentro del programa Life Integrado. Según matizó Arriola, por norma solo se autoriza un máximo de un proyecto por país, «pero de manera excepcional, pese a la existencia ya de otro en Navarra, ha aprobado la propuesta presentada por Euskadi». Para dar su visto bueno, la Comisión Europea ha tenido en cuenta «el enfoque vasco» de la acciones planteadas en el medio urbano, su diversidad, «así como el grado de definición y ejecución de la Estrategia de Cambio Climático del País Vasco». Y adelantó que, si bien el reto de Europa (y de Euskadi) es convertirse en 2050 en sociedad «neutra en carbono» -capaz de absorber por medios naturales todo el CO2 que emite-, el objetivo pasa por que en 2030 se hayan reducido ya un 40% las emisiones de gases de efecto invernadero.
Poner en marcha Urban Klima no ha sido fácil. Ihobe ha promovido la creación de un consorcio de administraciones y empresas «que trabajarán de forma coordinada para conseguir los objetivos marcados». En ese sentido, participan también las tres diputaciones y las tres capitales, los municipios de Bakio, Bermeo, Gernika y Zarautz, varias sociedades públicas del Gobierno vasco y municipales, así como centros tecnológicos y de investigación (AZTI, BC3, Neiker, Tecnalia y Tecnun) y la fundación Naturklima. Una vez que se hayan diseñado y testado todas las medidas, su desarrollo por parte de estas organizaciones elevarán la inversión global a 625 millones de euros.
Noticia Relacionada
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.