«Han crecido las denuncias por violencia vicaria»

Desde 2013 ascienden a 62 los niños asesinados, lo que, a su juicio, ha derivado en «una mayor concienciación». «Es difícil de probar y acreditar» que un padre ejerce violencia sobre sus hijos para dañar a la madre, «aunque en los últimos meses estamos viendo denuncias de este tipo», afirma. Y también se está dando «un hito a nivel policial». En las valoraciones de riesgo, «que se hacían sobre todo respecto a la mujer», en el último año ha apreciado un aumento de atestados policiales que llegan con un estudio del riesgo en el que se analiza la situación de los menores que residen con la víctima. «Hay a nivel nacional una tendencia al alza terrorífica de menores asesinados y la propia realidad social condiciona que a nivel policial se produzcan este tipo de cambios», señala.

En Euskadi, según los datos que manejaba el Departamento de Seguridad en abril, la Ertzaintza había identificado a 38 menores en riesgo de violencia vicaria. Fue, sobre todo a partir de 2019, cuando se comenzó a tener en cuenta este peligro para descendientes de mujeres víctimas de violencia de género.

Aunque a Badiola le preocupan los casos en los que los niños conviven con maltratadores. «Los menores están en un ámbito familiar en el que absorben esa violencia», expone antes de aclarar que, si bien «a los hijos puede que no les haya hecho nada expresamente, son víctimas directas porque ven lo que le sucede a su madre y no crecen en un ambiente normal».

En ese sentido, el balance del pasado año de Satevi, el teléfono del Gobierno vasco para atención a afectadas, ponía el foco en que más de 1.200 niños y adolescentes, los hijos de las 1.446 mujeres que llamaron al 900 840 111, «se encuentran en riesgo de desprotección».