Fernando Miñana
Sábado, 30 de junio 2018, 03:32
Cuando Neymar llegó al Barcelona, su pelo era puro estropajo. Hasta que Dani Alves y Rafinha le hicieron la pinza y le presentaron a Wagner Tenorio. El estilista, con salón en la ciudad condal, le explicó que había abusado de los alisados y las ... decoloraciones. Su cabellera estaba muy estropeada y necesitaba un tratamiento de choque. En Barcelona se comenta que aquello le costó miles de euros. Un día a la semana, un coche con chófer recogía a Tenorio y lo llevaba a casa de la última estrella del Barça para seguir mimando su cabeza. Primero le rapó y después le fue aplicando varios mejunjes hasta que su pelo parecía de fieltro. «Neymar es un producto y aquel pelo tan estropeado no vendía bien», argumentó el nuevo responsable de su imagen. Cuando el brasileño se mudó a París, no quiso cometer el mismo estropicio y regularmente le pagaba un billete de avión para que fuera a darle un retoque.
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Pero debió confiarse y, antes del Mundial, dejó correr su imaginación para plantarse en la presentación de Brasil con un peinado tan extraño que las redes sociales le masacraron sin piedad. Pusieron su pelo en una bolsa de gulas del norte, lo compararon con un nido de pájaro y hasta con una planta. Pero el más cruel fue el polivalente Eric Cantona, que se tiró un plato de espagueti por la cabeza y colgó la foto en Instagram con el siguiente texto: «Neymar style... Spaghetti al dente!».
Tenorio no tardó en aparecer por Rusia para cuidar de su estilismo y con él llegó Nariko, un peluquero, con la navaja bien afilada. De una puerta del hotel colgaron un cartel donde ponía 'Nariko cabeleireiro' y por allí cruzaron Neymar y media selección brasileña que no quiso desperdiciar la generosidad de su líder. A Douglas Costa le perfiló un 7 junto a unas líneas y después retocó a Danilo, Casemiro, Coutinho y hasta al seleccionador, Tite. Una vez quedaron contentas todas las testas de Brasil, Nakiro se metió entre los pelos de Uruguay y dejó hecho un pincel a Luis Suárez, Godín y algunos otros.
«Cuando llegó al Mundial, Neymar llevaba un corte muy malo y todo el mundo se metió con él, como es habitual, y se hicieron muchas bromas, así que llamó a su peluquero de confianza de Brasil, que llegó la noche antes del segundo partido, y le alisó el pelo y le dio un cambio, incluyendo la V de la victoria bajo la nuca, pero eso ya lo había hecho yo con Sergio Ramos en los cuartos, las semifinales y la final de la Champions», explica Laarbys, un profesional marroquí por cuya peluquería en Majadahonda pasan frecuentemente muchos futbolistas de la Liga.
La víspera de la marcha de la selección a Rusia dejó impecables a Sergio Ramos, Lucas Vázquez, César Azpilicueta y Thiago Alcántara. Y lo mismo con varios de sus compatriotas de la selección de Marruecos, donde se han visto algunos de los cortes más atrevidos de esta Copa del Mundo, como los de Fajr –también es jugador del Getafe–, con una estrella en la parte de atrás de la cabeza, o Nabil Dirar, con una especie de cenefas de colores en las sienes.
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Hay peinados de todos los colores, formas, densidades y longitudes. Cortes estrafalarios que no tienen nada que envidiar a los tirabuzones de Valderrama, el inquietante mechón triangular de Ronaldo Nazario, las rastas de Gullit (el panameño Román Torres parece un clon del holandés) o el pelazo de Johan Cruyff.
Uno de los más audaces ha sido Cho Hyun-woo, el portero de Corea del Sur y su cresta naranja. «Muy atrevido, aunque lleva un corte no muy bien hecho», critica Laarby, quien también opina que Sergio Ramos se ha pasado rapándose el pelo por delante. El peluquero cree que «afortunadamente» ya quedaron atrás «los tiempos del futbolista con melena y sin depilar». Está claro que no congeniaría con Alfredo Di Stéfano, quien censuró esta obsesión por la imagen con una frase lapidaria: «El fútbol de verdad se acabó cuando entró el primer secador de pelo a un vestuario».
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Otro peluquero que conoce bien a fondo las entradas de los futbolistas es Fernando Navarro, a quien algunos miembros de la selección española ya le han advertido que si pasan de octavos le pagan el viaje a Rusia para que los deje bien guapos antes de cada eliminatoria. En su 'cartera' figuran jugadores como Marco Asensio, Diego Costa, Fernando Torres, Oblak, Griezmann... «Este Mundial no estoy viendo locuras. No hay tantas sorpresas porque los deportistas cuidan mucho más su imagen. Los grandes iconos saben que no pueden excederse, como Leo Messi, que ha experimentado una evolución muy importante y que ahora va mucho más cuidado, o Cristiano Ronaldo, que tiene asesores de imagen que miran cada detalle».
Navarro no ve absurdo que los jugadores sean capaces de pagarle el viaje a un peluquero para que cuide de su imagen antes de los partidos. «A la gente le puede parecer raro, pero es normal que quieran tener al lado a su gente de confianza. Son partidos que ven millones de personas en todo el mundo y su imagen tiene que estar perfecta. Hay jugadores a los que atiendo todas las semanas».
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La imagen, opina, también tiene su reflejo en el rendimiento deportivo. «Les da seguridad. La ropa bien elegida, tener un aspecto chulo, verse guapos... Son factores que les eleva el ego y les hacen sentirse más fuertes».
Vujadin Boskov, que fue entrenador del Real Madrid y del Zaragoza, dejó una de esas frases absurdas que valían para explicar cualquier asunto: «Fútbol es fútbol». Una sentencia que ahora ha perdido sentido porque, hoy en día, el fútbol es mucho más que fútbol. Eso lo sabe un no aficionado como es el experto en moda Vicente Gallart, quien ha observado una grata evolución estética en este deporte de masas. «Creo que veteranos ya retirados como David Beckham, Fabio Cannavaro o Xabi Alonso han ejercido una buena influencia en el cambio que los futbolistas han experimentado al vestir a lo largo de esta década. Ellos rompieron con el estereotipo del jugador vestido con logos o estampados de los pies a la cabeza... y mostraron cómo vestirse de un modo más minimalista o cómo elegir el traje apropiado para ocasiones especiales».
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El periodista de moda, colaborador de 'GQ España', concreta de qué manera se ha producido ese cambio fuera de los estadios. «Firmas como Dolce & Gabbana, DSquared2 o Bikkembergs siguen gustando mucho a los futbolistas... ¡pero ya no son las únicas! Ahora se atreven con otras más vanguardistas como Off-White o Undercover y, para vestirse de un modo más elegante, apuestan por el made in Italy de Ermenegildo Zegna, Giorgio Armani, Prada y Salvatore Ferragamo o por diseños de Tom Ford y Burberry».
La clave, según Gallart, es que el futbolista «se ha refinado». No tiene nada que ver el deportista de la actualidad con el de finales del siglo pasado, mucho más rudo y, sobre todo, desinteresado por la moda y la imagen. «El futbolista 'macarra' ha pasado a la historia y el de nueva generación se ha refinado tanto de día como de noche. Vistiéndose en plan casual con firmas como Supreme, Fear of God o Palace, o eligiendo looks más sofisticados de Balmain o Dior Homme».
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En términos de moda, el fútbol ha evolucionado tanto que los jugadores no solo han dejado de estar muy lejos de los cánones estéticos sino que algunos hasta se convierten en referentes. «¿Buenos ejemplos que demuestran cómo la moda y el fútbol ya no son antagónicos? Atención a estos deportistas que también pueden ser considerados 'influencers' de la moda. Entre los españoles: Isco Alarcón, Álvaro Arbeloa, Denis Suárez, Juan Mata, Héctor Bellerín, Nacho Fernández o Sergio Ramos. O jugadores extranjeros como Loris Karius, Daley Blind, Claudio Marchisio, Memphis Depay, André Silva, Joe Ledley, James Rodríguez, Antoine Griezmann, Dele Alli, Aaron Ramsey, Neymar Jr. o, incluso, ¡Cristiano Ronaldo!».
No hay más que ver la fotografía de la selección de Irán, impecables con el traje oficial y perfectamente peinados, que ha causado estragos en Instagram. La colgó el capitán, Alireza Jahanbakhsh, que ya cuenta con más de un millón de seguidores, y le llovieron más de 200.000 'likes' junto a miles de comentarios lujuriosos.
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La obsesión por la imagen les lleva incluso a mostrar un aspecto distinto, marcado fundamentalmente por el peinado, en cada partido. La rapadora no se apaga durante toda la competición. Todo el mundo mira a Rusia.
En el minuto 62 del primer partido de Islandia en el Mundial, frente a Argentina, casi nadie sabía quién demonios era Rurik Gislason. Pero un minuto después saltó al campo este joven con unos 30.000 seguidores en Instagram y escaso caché balompédico, y comenzaron a arder las redes sociales donde se alababa su belleza salvaje. La etiqueta #sesyrurik se convirtió en tendencia y su cuenta de seguidores subió sin parar hasta superar el millón de admiradores. Tampoco pasó desapercibido para el público español el seleccionador de Marruecos, Hervé Renard, un hombre muy atractivo, bronceado y con una impecable camisa blanca en la banda, a quien rápidamente se le encontró un enorme parecido con Jaime Lannister, el personaje de 'Juego de Tronos'; o lo que es lo mismo, con el actor danés Nikolaj Coster-Waldau.
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