Se echaba hace años, y especialmente en los pueblos, un vistazo casual a las persianas de los mayores que vivían solos. Si avanzada la mañana alguna ventana no se había abierto, tocaba llamar a la puerta para asegurarse de que todo fuese bien. Era un ... sistema de vigilancia rudimentario, analógico, pero funcionaba bastante bien. Hoy en día, y creo que de una forma más subrayada en las ciudades, la soledad se ha cerrado sobre sí misma, y ha afilado el puñal de desatención y del olvido.

Publicidad

Por eso, aplaudo medidas como la del servicio público de teleasistencia avanzada -la famosa medalla roja- 'Betion', habilitada por el Gobierno vasco, que ahora se va a extender a todas las personas mayores de ochenta años que vivan solas. Y estos días he sabido que en Villafáfila, un pueblo de Zamora con diecisiete casas habitadas, vigilan y cuidan de sus mayores con chips que instalan en las viviendas. Los dispositivos se colocan en lugares como la puerta del baño, el mando de la tele, el cajón de la mesa de la cocina, el móvil, el pastillero o el andador y controlan que las rutinas de esas personas no se alteren. Si hubiera alguna anomalía, los chips dan aviso a un cuidador o cuidadora y a la familia. ¡Me tienen controlado!, decía un vecino de ese pueblo a las cámaras de televisión, pero su tono no era de queja, sino de alegría, porque se sentía atendido y se alejaba del terrorífico fantasma del abandono.

Lo cierto es que su postura contrasta con el fastidio que nos produce a quienes somos más jóvenes el control al que nos someten las grandes empresas tecnológicas; por no mencionar a quienes creen que con la vacuna nos han introducido un chip -a estas alturas ya varios- con aviesas intenciones vinculadas con la geopolítica internacional. En todo caso, puede ser que cuando alcancemos cierta edad agradezcamos estar sometidos al control de esos chips, y nos convirtamos a esta religión moderna así como antes algunos no creyentes se iban convirtiendo al catolicismo porque -supongo que pensarían- llegados a un punto todo es bueno para el convento.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad