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«Que bien se respira en la calle», subrayaba mucha gente tras superar el confinamiento total durante mes y medio. Y no lo decían solo por la sensación de poder salir de nuevo, sino porque es verdad. Aunque sea la única lectura positiva que se ... puede sacar de la crisis del coronavirus, el aire está mucho más limpio en Euskadi que antes de que se decretase el Estado de Alarma. Según ha asegurado este viernes el consejero de Medio Ambiente, Iñaki Arriola, las emisiones contaminantes cayeron un 20% en marzo y se desplomaron otro 40% en abril.
«La mayor bajada correspondería al sector transporte con un 48% menos en marzo respecto a febrero y hasta un 80% de reducción en abril, por la práctica paralización de la movilidad», ha explicado el responsable socialista. A su vez, el sector servicios lo habría hecho «un 45% en abril», y el industrial «un 40%». Por otro lado, «el confinamiento en nuestras casas habría causado un ligero aumento en la demanda energética y en la generación de desechos urbanos».
El responsable socialista ha remarcado estas «reducciones significativas» experimentadas en los niveles de contaminación en la comunidad autónoma, que se han dejado notar especialmente en las grandes ciudades y en el sector del transporte. Las primeras estimaciones de su departamento apuntan a que su impacto podría suponer entre un 5% y un 10% de las emisiones GEIs de todo el año, «aunque hay que tomarlas con mucha cautela y sin perder de vista que es apenas una gota de agua en el océano del calentamiento global».
En este sentido, Arriola ha señalado que ahora «deberíamos esforzarnos por compatibilizar la tan ansiada y necesaria reactivación de los sectores económicos paralizados por el coronavirus con el compromiso de lucha contra el cambio climático» «Es necesario ponerse en marcha, pero es fundamental hacerlo en clave sostenible, avanzando en la descarbonización de la economía», ha añadido.
El Departamento de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda va a reforzar esta idea con la puesta en marcha la próxima semana de una campaña de sensibilización ciudadana bajo el lema 'Es momento de salir para entrar en una Euskadi más sostenible'. La campaña pretende aunar esfuerzos entre instituciones, empresas y ciudadanía e invita a escoger el consumo en el comercio de proximidad, a producir respetando el entorno y a moverse de forma más sostenible.
Este respiro al medio ambiente, al margen de la situación excepcional marcada por la paralización obligada por el confinamiento de la industria, el transporte y el consumo de energía, que representan aproximadamente el 85% de las emisiones a nivel general, apuntalan en cualquier caso la tendencia descendente que experimentan en el País Vasco. No en vano Iñaki Arriola, que ha presentado los datos junto a la viceconsejera de Medio Ambiente, Elena Moreno, ha anunciado que se ha producido una reducción del 4% de las emisiones de gases de efecto invernadero de Euskadi en 2018 respecto al año anterior. En los tres territorios se generaron, en valores absolutos, 18,9 millones de toneladas de CO2, según recoge el Inventario de Gases de Efecto Invernadero de 2018, elaborado por el Departamento de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda, «desde el año 2000, aunque sólo es obligatorio hacerlo a escala estatal». La metodología de este estudio ha sido verificada por un equipo externo siguiendo las directrices «de la Convención Marco sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas».
El responsable autonómico ha recordado que el anterior inventario de 2017 registró un incremento de las emisiones del 5,45% «rompiendo la senda decreciente que llevaba nuestra comunidad». Y considera que estos últimos datos confirman su sospecha de que «ese repunte era puntual y que podía tener unas causas coyunturales muy identificables».
Las emisiones descendieron en 2018 en Euskadi de forma generalizada en casi todos los sectores «en un contexto de crecimiento económico con un incremento del PIB del 3%». El consejero ha resaltado que «desde 2005 se confirma un descenso del 36% en las emisiones de GEI por unidad de PIB y del 52% respecto a 1990, lo que indica el grado de desacoplamiento de la economía vasca respecto a las emisiones generadas».
Los sectores con mayores caídas son el sector energético, transporte e industrial, que suman aproximadamente el 85% de las emisiones. Los datos reflejan, no obstante, que un comportamiento desigual. El transporte supone el 34% de las emisiones, la gran mayoría provocada por el tráfico por carretera. Sus emisiones disminuyeron un 1% en 2018, pero todavía presentan un aumento del 15% respecto a 2005, siendo principalmente los turismos los responsables de este aumento. Y, si se comparan las cifras con las de 1990, las emisiones prácticamente se han duplicado.
El sector energético representa el 34% de las emisiones del País Vasco. En 2018 cayeron un 5%, debido fundamentalmente a la menor emisión en el sector eléctrico. El consumo final de electricidad se incrementó un 2% debido a la industria. Con todo, respecto a 2005 las emisiones en este sector se han visto reducidas en un 40%, y un 18% respecto a 1990.
El sector industrial representa el 18% de las emisiones del País Vasco, aunque si añadimos las asociadas a la electricidad que consume, este porcentaje aumentaría hasta el 31%. Sus emisiones en 2018 se redujeron un 9% respecto al año anterior, lo han hecho un 38% desde 2005 y un 53% desde 1990, «lo que es una muestra de la transformación que se ha producido en este sector».
El sector residencial y servicios emite el 7% de los gases de efecto invernadero del País Vasco, aunque si se suman las asociadas a la electricidad que consume, este porcentaje aumentaría hasta el 17%. Las emisiones aumentaron un 5% respecto a 2017.
Por su parte, agricultura, ganadería y pesca representan el 3% de las emisiones del País Vasco y en 2018 cayeron un 22%. Respecto a 2005 y 1990 el descenso es del 50% y 48% respectivamente. Esta reducción se explica por el descenso del censo ganadero, la reducción de las dosis de fertilizante mineral y el descenso en la actividad pesquera y en la combustión agrícola. Respecto a las emisiones del sector residuos (el 4% del total), bajaron un 1% en 2018, un 37% y un 24% respecto a 2005 y 1990 respectivamente. «Estamos, en cualquier caso, en la senda de alcanzar las metas marcadas en la Estrategia Klima 2050, que establece para el año 2030 un objetivo de reducción de emisiones del 40% respecto a 2005», ha concluido.
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