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EFE
Lunes, 26 de octubre 2020, 08:33
Dos recientes publicaciones en Facebook, que suman en total más de 840.000 visualizaciones, han compartido un mismo mosaico fotográfico de doce cielos repletos de cirros formados por estelas de aviones para denunciar los efectos de lo que consideran una «manipulación del clima».
La ... primera, del 29 de septiembre, ha sido visitada unas 190.000 veces e incluye un texto que comienza así: «Todos los días nos roban las nubes y a saber lo que nos fumigan». La segunda, publicada el 9 de octubre, reproduce el final del mensaje de la anterior («No es cambio climático, es manipulación del clima») y ha tenido más éxito, con cerca de 660.000 visualizaciones.
También en octubre, otros usuarios de redes sociales han alertado sobre lo que consideran «estelas químicas» o «quimioestelas» («chemtrails», en inglés) con diferentes fotografías y mensajes en Twitter e Instagram.
Con este concepto de «chemtrails» definen lo que para ellos supone el resultado de unas prácticas realizadas o permitidas por los gobiernos a espaldas de la ciudadanía con el fin de modificar el clima o dispersar sustancias peligrosas sobre la población por intereses ocultos, algunos de ellos perversos e incluso genocidas.
Aparte de las estelas en el cielo, otros contenidos virales sobre los «chemtrails» muestran fotos de barriles o tanques con sustancias supuestamente químicas a bordo de aviones, como una publicación en Facebook que acumula ya cerca de 100.000 visualizaciones.
En realidad, las estelas de los aviones no son más que nubes de hielo con la apariencia de líneas largas que se forman al paso de la aeronave avión por condensación del vapor de agua cuando la atmósfera está suficientemente fría y húmeda, según explica la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Generalmente, se forman por la condensación del vapor de agua contenido en las emisiones de los motores y, cuanto más alto es el vuelo, más posibilidad hay de que la zona esté suficientemente fría para que se produzca el fenómeno.
Si cada vez son más recurrentes los «contrails» (acrónimo en inglés de estas estelas de condensación) es porque con los años ha aumentado la altura de los vuelos comerciales, a lo que se suma el progresivo incremento del tráfico aéreo. No obstante, este fenómeno está descrito y documentado desde los comienzos de la aviación comercial y su explicación científica se puede ver detallada en un documento que fue publicado en 1953 en el boletín de la Sociedad Meteorológica Americana.
Y, como explicaba el profesor de Química de la Universidad de Barcelona Xavier Giménez Font en la revista Investigación y Ciencia, «si el origen de las estelas fueran fumigaciones con compuestos químicos tóxicos, no tendrían el aspecto de nubes y probablemente serían invisibles».
En cuanto a la publicación difundida en Facebook que utiliza imágenes de depósitos o tanques en el interior de aviones comerciales para alertar sobre presuntos fumigados tóxicos, lo cierto es que ninguna tiene nada que ver con el peligro que denuncia.
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