La misión Mars 2020 no deja de dar alegrías a la comunidad científica. Al aterrizaje en el cráter Jezero del 18 de febrero y el vuelo del minihelicóptero 'Ingenuity' del lunes, se sumaron ayer dos hitos: la NASA anunció que el todoterreno 'Perseverance' había extraído ... oxígeno de la atmósfera marciana y, poco después, el dron completó su segunda misión. Ambos son éxitos de lo que la agencia espacial llama tecnologías de demostración, prototipos de instrumentos para futuras misiones.
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Del tamaño de una tostadora, el Experimento de Uso de Recursos de Oxígeno Marciano In Situ (MOXIE, por sus siglas en inglés) es uno de los siete instrumentos de 'Perseverance'. Forma parte, como la estación meteorológica española MEDA, del Programa de Exploración Humana de la NASA. Es un ensayo de producción de oxígeno para emplearlo como combustible de naves y para que los astronautas puedan respirar.
El dióxido de carbono supone el 96% de la atmósfera marciana. MOXIE, que separa las moléculas de oxígeno y emite monóxido de carbono. se probó por primera vez el martes. Tras un calentamiento de dos horas, comenzó a producir oxígeno a una velocidad de 6 gramos por hora, lo suficiente para mantener a un astronauta diez minutos.
«Es un primer paso fundamental para convertir el dióxido de carbono en oxígeno en Marte», dijo ayer Jim Reuter, administrador asociado de la Dirección de Misiones de Tecnología Espacial, quien recordó que «el oxígeno no es sólo lo que respiramos. La propulsión de un cohete depende del oxígeno, y los futuros exploradores dependerán de la producción de ese combustible en Marte para hacer el viaje de vuelta a casa». La NASA calcula que una versión de MOXIE de una tonelada podría en un futuro generar las 25 toneladas métricas de oxígeno necesarias para que los astronautas respiraran y dispusieran de combustible para el regreso.
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Tres días después de protagonizar el primer vuelo controlado en otro mundo, 'Ingenuity' volvió a despegar ayer a las 11.33 horas del Aeródromo Hermanos Wright, en el cráter Jezero (Marte). A 287 millones de kilómetros de la Tierra y de forma autónoma, se elevó hasta los cinco metros -frente a los tres del vuelo inaugural-, se mantuvo suspendido brevemente, se inclinó cinco grados y se movió lateralmente dos metros. «El helicóptero se detuvo, se quedó inmóvil e hizo giros para apuntar su cámara en diferentes direcciones. Luego se dirigió de regreso al centro del aeródromo para aterrizar. Suena simple, pero hay muchas incógnitas sobre cómo volar un helicóptero en Marte», dijo Håvard Grip, piloto jefe de 'Ingenuity', respecto al que ya se considera el pionero de una nueva generación de robots exploradores.
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