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J. F.
Sábado, 15 de marzo 2025, 00:17
¿Llueve menos en el Mediterráneo ahora que hace más de un siglo? Pues aunque la corriente mayoritaria contestaría a esta pregunta con un sí ... rotundo, lo cierto es que no está tan claro. Un estudio internacional liderado por el Instituto Pirenaico de Ecología, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, revela que las precipitaciones en esta región se han mantenido estables los últimos 150 años.
Esto no quiere decir que no cambien de un año para otro y de una región a otra, que sí sucede. Pero esto forma parte de comportamiento normal. O como explican los investigadores deriva de la «dinámica natural del clima». Lo que no han detectado en su análisis es esa tendencia general de que cada vez llueva menos que otros informes sí deslizan.
Y eso que su trabajo ha sido concienzudo porque incluye los datos de más de 23.000 estaciones meteorológicas pertenecientes a 27 países, entre ellos, Francia, Italia, Marruecos, Egipto y Grecia. Además de más de 10 millones de registros de precipitación entre 1871 y 2020, un periodo suficientemente amplio.«Nuestros datos no respaldan la tendencia que habían sugerido investigaciones previas», sostiene Sergio Vicente, líder del equipo.
Sergio Vicente
Líder del equipo de investigación
El trabajo, que se ha publicado en la revista 'Nature', señala también que el comportamiento de las lluvias en el Mediterráneo todavía no se ve afectado por el calentamiento atmosférico. Aunque esto, aclara Vicente, no quiere decir que la región no esté inmersa «en un escenario de calentamiento global». Lo que ocurre es que de momento, el efecto resulta «difuso y no se puede identificar claramente».
De hecho, los expertos no se muestran excesivamente optimistas con el futuro. En las conclusiones de la investigación –en la que han participado varias universidades españolas, el Instituto de Geociencias y la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet)– recogen que el Mediterráneo camina hacia un «proceso de creciente aridez climática». Los modelos de predicción indican que habrá un descenso de las lluvias como consecuencia de las alteraciones en la circulación atmosférica ligadas –ahora sí– al cambio climático.
La región está condenada a sufrir un aumento de la temperatura y esto tendrá varias consecuencias. La primera, «se incrementará la demanda de agua por parte de la atmósfera». Es decir, perderemos este líquido «a causa de la elevada evaporación» por el calor. A causa de esto también, llega el segundo gran efecto: la región experimentará sequías ecológicas y agrícolas más graves, señala el estudio.
Esta aridificación será, por tanto, consecuencia de la subida de las temperaturas más que de la falta de lluvias, aunque Vicente reconoce que este último fenómeno lo complicará más. «Resulta obvio que dicho proceso se verá acentuado por el descenso pluviométrico», precisa. Por ello, concluye, hay una «necesidad acuciante de abordar los complejos retos que plantea el cambio climático sobre la disponibilidad de recursos hídricos en el Mediterráneo».
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