Margarita Martín, delegada de la Agencia Estatal de Meteorología en Euskadi, afirma que este año el verano se ha dejado sentir antes de lo normal, aunque reconoce que la intensidad del calor se está esfumando también antes de lo esperado. «Los días más calurosos del ... verano se dan entre el 25 de julio y el 10 de agosto. Esta vez no ha sido así», afirma la meteoróloga. Martín precisa que para los próximos días se anuncia un predominio del viento del noroeste, «de manera que la temperatura va estar algo por debajo de lo normal y la precipitación, ligeramente por encima». De momento, no vislumbra ninguna masa de aire africano, como la que en julio hizo que se superaran los 40 grados en varios puntos de Euskadi.
- Este verano se ha dado una peculiaridad. Después de la última entrada de calor en julio, se produjo una caída brutal de las temperaturas.
- Tras el paso de la última galerna, empezó a entrar una masa de aire cantábrica. Los termómetros fueron cayendo hasta dar efemérides de temperaturas mínimas. El 31 de julio, en Vitoria se registraron 7,1 grados. Curiosamente, la mínima se dio el día de la festividad de San Ignacio, que habitualmente suele ser la jornada más calurosa del año. En Gipuzkoa también se dieron valores bajos, de entre 9 y 10 grados de mínima.
- ¿Esto mismo había pasado anteriormente?
- En 1983, justo antes de las graves inundaciones del País Vasco, se produjo una situación similar. Entonces, al igual que ahora, la masa de aire africano que nos afectó a finales de julio se fue desplazando hacia Cataluña, este de Francia, Suiza y sur de Alemania, donde se superaron los 40 grados. Aunque no tiene por qué suceder lo mismo, hay que estar ojo avizor. Para nosotros es una señal de alerta.
- ¿El año no está siendo un tanto escaso en precipitaciones?
- Está siendo más bien seco en Bizkaia y en Álava. En Gipuzkoa, justo en la normalidad.
«El máximo de calor del verano ya lo hemos tenido. Lo que resta del mes será más o menos normal»
- Hemos tenido dos golpes de calor, uno a primeros de mes y otro la semana pasada. A finales del junio se dio otro más. ¿No son demasiados?
- El de finales de junio solo puede considerarse como ola de calor en Álava. En Vitoria hubo récord de calor, con 39,7 grados. Fue el 29 de junio, pero hay que tener en cuenta que la serie de Foronda es corta en climatología. Tiene 46 años y como mínimo hay que observar series con seis décadas de antigüedad. Respecto a la entrada de la masa cálida del 4 de julio no la podemos considerar siquiera como golpe de calor. Duró un día. Y la última, la de finales de julio, sí puede estimarse como un golpe de calor en Euskadi, pero no una ola. Para que un episodio de estos tenga la consideración de ola ha de tener una duración de tres días. La de 2003, por ejemplo, se mantuvo diez días. De cualquier manera, diría que estas entradas de calor africano no son excepcionales. Lo normal es que a lo largo del verano se produzcan de tres a cinco. Por tanto, para llegar a la media nos faltaría todavía una. Con los registros que hay, diría que ha habido dos olas de calor, ambas en Álava, por ninguna en la costa.
- La temperatura del agua del mar ha bajado casi tres grados en esta última semana, de 24 a 21.
- Es normal. La medición que efectuamos es superficial y guarda relación directa con el calor que hay en tierra porque la tomamos en la playa y a un metro de profundidad. La temperatura del mar es importante. Cuanto más elevada, la evaporación es también mayor y la cantidad de humedad que pasa del mar a la atmósfera es alta, de manera que la cantidad que puede precipitar es asimismo superior. Por eso se produjeron las importantes precipitaciones del pasado 27 julio.
«El año está siendo más bien seco en Bizkaia y Álava. En Gipuzkoa, dentro de la normalidad»
- ¿Cómo calificaría lo que va de verano?
- Diría que hasta ahora hemos tenido un verano bastante bueno. Entró un poco antes de lo normal y la rebaja de energía calorífica se está produciendo también antes de lo esperado. Los días de más calor del verano se producen entre el 25 de julio y el 10 de agosto. Y este año no ha sido así. Durante este periodo ha llovido mucho y ha hecho frío. El verano se presentó un mes antes y los calores han tenido lugar desde finales de junio hasta el 23 de julio. Y el enfriamiento lo hemos notado también un mes antes.
- ¿Quiere decir que lo mejor del verano ya ha pasado?
- No creo que ya se den temperaturas excesivas, al menos hasta el día 20. Se darán valores propios del mes de agosto. El máximo de calor del verano ya lo hemos tenido. Lo que se espera para el resto del mes es bastante normalidad en cuanto a temperaturas y precipitación. La predicción para los próximos días indica que habrá pasos de sistemas frontales alternados con la cuña del anticiclón de Azores. Va a dominar el viento del noroeste, de manera que la temperatura va estar algo por debajo de lo normal y la precipitación, ligeramente por encima. Y de momento no se vislumbra ninguna entrada de otra masa de aire africano.
«Si hay algo en este planeta que cambia, eso es el clima»
- Algunos afirman que las altas temperaturas, las intensas precipitaciones o los vaivenes meteorológicos son síntomas del cambio climático ¿Usted lo cree también?
- El clima siempre cambia. ¿Alguien recuerda que un día, una semana, un mes o un año sea igual que el anterior? Si hay algo que cambia, eso es el clima. Se usa esta expresión cuando realmente se quieren referir al calentamiento global.
- Se ha pasado de la expresión 'cambio climático' a 'crisis climática'.
- Los científicos hablamos solo de ciencia y la ciencia del clima es la climatología, con un desarrollo lento aún, porque las investigaciones son muy difíciles de realizar más allá de 90 ó 100 años atrás. La escala climática no se adapta a la duración media de la vida humana. Es mucho más larga. Cientos y miles de años. Reconstruir el clima del pasado es imprescindible para entender el del presente y poder pronosticar el del futuro.
- Por lo tanto, ¿hay que seguir investigando?
- Falta muchísima investigación sobre el océano, verdadero regulador térmico del planeta, y sobre la química atmosférica y oceánica y su relación con la contaminación producida por los humanos. Faltan estudios de historia del clima, y del clima de la prehistoria. De lo que no cabe duda es de que es recomendable respetar el ecosistema de donde vivimos.
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