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Se aproxima la desveda de la codorniz y conviene empezar a considerar que, aunque el perro de caza ha nacido con un instinto cazador, en ... el momento de salir al campo se enfrenta a un mundo de olores distintos que deberá aprender a diferenciar. Normalmente, los perros jóvenes son vehementes y tienden a morder las piezas, costumbre que cuesta quitar. Para que aprendan a cobrar se emplea una madera redonda cubierta con unas plumas del ave en cuya caza más empeño pone. Como la madera es dura, aprende rápido a cogerla con suavidad. Una vez completado el aprendizaje, hay que llamarle con una sola voz, acariciándole y agradeciéndole el gesto. Si, llegado el caso, no quisiera entregar la pieza, basta con soplarle suavemente al interior de la oreja para que lo haga al momento.

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elcorreo El catón de los perros