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Ya estamos sufriendo el cambio climático

La temperatura media del planeta es ya 1,1ºC más alta que la que teníamos en la era preindustrial

romain lauféron

Viernes, 5 de noviembre 2021, 23:16

Con la cumbre climática que se celebra en Glasgow hasta el viernes, los dirigentes mundiales suman un total de 26 conferencias. Hasta hoy, han transcurrido cinco desde el Acuerdo de París, donde se pactó el objetivo de limitar el calentamiento global muy por debajo del ... incremento de 2ºC y realizar grandes esfuerzos por no superar el 1,5 ºC.

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A pesar de los acuerdos de las 25 cumbres anteriores, el neoliberalismo sigue destruyendo los soportes de la vida y de la sociedad, y cada año se siguen batiendo récords en las emisiones de gases de efecto invernadero. Por ello, la temperatura media del planeta es ya 1,1ºC más alta que la que teníamos en la era preindustrial. El cambio climático es sin duda una realidad, y sus efectos no son solo algo que sufrirán las futuras generaciones, sino que ya los estamos sufriendo.

Ejemplos de ello son la extición masiva de especies, los fenómenos extremos cada vez más frecuentes –olas de calor, sequías, inundaciones, incendios...–, el deshielo del permafrost y de los glaciares, las pérdidas de cosechas o el 'apartheid' global contra los refugiados. Las previsiones a corto plazo del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), publicadas recientemente, son escalofriantes.

No podemos seguir retrasando las soluciones para mitigarlo. Ahora, el reto es luchar cada décima para no superar el aumento de 1,5ºC para el año 2100, e impulsar la transición ecológica y social. En el camino de evitar las consecuencias más graves del cambio climático, los países del Norte global tenemos una gran responsabilidad, y aún mayor sus élites. Por ejemplo, en el año 2018 se emitieron 8,7 toneladas de CO2 por habitante del País Vasco, por encima de la media de la Unión Europea (8,6 T) y del planeta (6,6 T).

Los miembros de la COP26 y los gobiernos estatal, autonómicos y locales tienen que abandonar la comodidad de las declaraciones de emergencia climática y pasar a la acción. Es urgente planificar democráticamente la reducción del consumo de materiales y energía de forma socialmente justa a través de asambleas ciudadanas.

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La emergencia climática, aunque sea una lucha global, necesita respuestas locales. De hecho, nos parece imprescindible llamar la atención sobre el hecho de que la situación de emergencia en la que nos encontramos tiene que ver con las políticas que se hacen aquí, en Euskal Herria, en materia de energía, de transporte, de residuos, de ordenación territorial, de biodiversidad, etc.

Esas políticas profundizan en un modelo económico y social insostenible que agudiza la crisis climática y ecológica. En este contexto, es necesario exigir un cambio de dirección rotundo, en pos de una transición justa. Pero esa transición justa no se producirá si pilotarla queda en las mismas manos de quienes nos han traído hasta aquí, y eso es lo que pretenden las autoridades cuando, por ejemplo, colocan a empresas como Iberdrola o Repsol en primera línea de los candidatos a recibir los fondos europeos para la recuperación tras la pandemia.

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