![Jon Inoriza en el hongo de hielo que caracteriza la cumbre del monte Francé.](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202205/25/media/mm-expedicion-into-the-ice/04_Jon%20en%20el%20hongo%20de%20hielo%20que%20caracteriza%20la%20cumbre%20del%20monte%20frances_ibairico.jpg)
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h. rodríguez
Miércoles, 25 de mayo 2022, 00:45
El proyecto Into the Ice ha tenido un objetivo doble: alpinismo de exploración y realización de trabajos científicos para una mejor comprensión sobre los procesos glaciares de la cordillera Darwin. Y dentro de la exploración de las elevaciones superiores del campo de hielo, Ibai Rico y Jon Inoriza lograron llegar hasta la cima de uno de los grandes desafíos aún pendientes en este sistema: el Monte Roncagli, de 2.251 metros de altitud. No fue fácil debido a las complicadas y cambiantes condiciones meteorológicas de la zona, con vientos huracanados y tormentas de nieve que en aquella parte del planeta se presentan por sorpresa, burlando incluso a los sistema de previsión.
Calificado por Alberto Iñurrategi, presente en la presentación de 'Into the ice', como «una cima inexpugnable», la cumbre del Roncagli había sido acometida media docena de ocasiones desde la década de 1970, entre otros por David Hillebrandt y su equipo en 1990, que se quedaron a 100 metros de la cumbre principal, hollada ahora por la expedición vasca. No ha sido su único 'reto superado' en este viaje ya que Rico e Inoriza han vuelto de Tierra de Fuego habiendo logrado con éxito la primera ascensión al Cerro Sara (2.072 m) –objeto de dos intentos en 1990 y 2004, por equipos alemanes y neozelandeses–, y la apertura de una nueva vía en el Monte Francés (2.261 m).
El alpinismo no ha sido la única aventura que ha superado la expedición que alcanzaron Tierra de Fuego en velero. Concretamente, llegaron a bordo del Kotik, una embarcación tripulada por Igor Bely y Adriana Enríquez, que durante la singladura ha hecho las veces de campo base itinerante. Una vez en tierra, y dado que se trata de una zona poco explorada y cartografiada, las cosas tampoco fueron sencillas y en algunas zonas «tuvimos que avanzar por los senderos que dejan los guanacos –similares a las llamas–». Una aventura que ha filmado Andrew Opila y que podrá verse en el Mendi Film Festival 2022.
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