El medio ambiente nos preocupa, pero no renunciamos al coche

Los resultados del estudio revelan que la cultura medioambiental ha arraigado en el conjunto de la sociedad. «Interesa y preocupa todo lo relativo al tema, se conocen conceptos esenciales aportados por la ciencia y, sobre esa base, se han integrado valores que además se han ido trasladando a determinadas facetas de la conducta individual. Y esto ocurre independientemente del sexo, edad, formación y ubicación ideológica, e incluso a propósito de cuestiones como el cambio climático que en un pasado reciente generaron controversia fuera del ámbito científico», detallan desde la Fundación.

Así, el 84% lo considera un hecho científicamente demostrado y el 80% coincide en que es un proceso provocado por la actividad humana. Aún existe quien cree que se trata de algo natural de la Tierra o que obedece a ambas cosas. Con respecto al posible curso futuro del cambio climático, la mayoría piensa que, aunque es irreversible, sí es posible paliar alguno de sus efectos y una proporción importante (39%) cree que todavía estamos a tiempo de evitarlo.

El trabajo elaborado por la Fundación BBVA sobre una muestra de 4500 personas refleja que existe una amplia conciencia sobre las consecuencias del cambio climático tanto en el medio ambiente, con un aumento de la temperatura del país, períodos de sequía prolongados y aumento de incendios forestales, como en la sociedad en general. De hecho, ocho y siete de cada diez, respectivamente, ven probable un aumento de enfermedades y un incremento tanto de pandemias como del flujo de migraciones hacia el norte.

La conciencia y preocupación medioambiental no se ciñe al ámbito local, y «no se queda en un plano meramente declarativo, sino que se plasma en un conjunto de comportamientos que se han generalizado en los últimos años». La mayoría declara que 'siempre' o 'frecuentemente' separa el cristal, las latas, el plástico o el papel para reciclarlos, consume productos locales o de temporada, evita el uso de bolsas de plástico nuevas al hacer la compra o limita el consumo de agua y de electricidad o compra electrodomésticos de bajo consumo energético.

Sin embargo, «todavía hay un margen de acción importante en todas aquellas prácticas vinculadas a las energías y al uso de transportes menos contaminantes». Solo un 44% afirma haber instalado equipos para controlar el consumo de energía en el hogar y es aún más minoritaria la contratación de electricidad verde o la instalación de paneles solares. Además, restringir o evitar el uso de vehículos particulares para los desplazamiento es una práctica que aún genera resistencia. «Evitar o restringir el uso del coche en desplazamientos por la ciudad es frecuente en algo más de la mitad de los españoles con vehículo, mientras que es mucho más débil en los desplazamientos por motivos de ocio o turismo», detalla el estudio que apunta que además que el uso de medios de transporte no contaminantes como la bicicleta «se encuentra en un estado muy incipiente». Tan solo un 12% afirma utilizarla para desplazarse en su ciudad.

Curiosamente, la implicación de los españoles con la protección del medio ambiente les lleva a no ver con malos ojos que se aumenten los impuestos al consumo y en la declaración de la renta, dos medidas que según la encuesta apoya algo más de la mitad de los encuestados.