m. díaz
Lunes, 17 de octubre 2022, 01:04
El cambio climático y el estrés hídrico están afectando al mapa micológico vasco, que nada tiene que ver con el de hace dos décadas. Según Unai Fernándes, investigador del departamento de Micología de Aranzadi y miembro de la Sociedad Ibérica de Micología (SIM) a nivel ... estatal, las olas de calor, la falta de precipitaciones y el relevo del sirimiri por lluvias torrenciales está afectando a la pérdida de especies autóctonas y la proliferación de especies invasoras. Otras comienzan a modificar su morfología para sobrevivir.
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- ¿Son los hongos y setas las especies más vulnerables al cambio climático?
- Unas de las más vulnerables porque dependen de la climatología para poder reproducirse. Necesitan unas condiciones concretas que si se alteran frenan su proliferación e incluso provocan la desaparición de especies. Hay que tener en cuenta que el hongo vive todo el año debajo de la tierra, pero en el momento que tiene que reproducirse, que es cuando saca el sombrero y el pie para soltar las esporas, necesita agua.
- ¿A todas les afecta por igual o hay familias micológicas más vulnerables a la sequía?
- En Aranzadi estamos trabajando este año en el proyecto Natirklima 2022 de la Diputación de Gipuzkoa a través de un estudio sobre las especies vulnerables al cambio climático. Hemos identificado a 24 especies con las que empezaremos a trabajar para ver su evolución ante estos cambios. Hongos micorrícicos asociados a bosques atlánticos eurosiberianos como la Russula virescens o urdina, típica de los montes vascos; hongos liquenizados como la Lobaria pulmonaria, esa especie de alga verde que crece en los troncos de los árboles, y hongos asociados a hábitats dunares, menos conocidos pero vitales para la fauna.
- ¿Medidor del cambio climático?
- Si, su abundancia o cambios en morfología mostrarían la evolución ante el clima.
- Habla de cambios en su forma, ¿han comenzado a adaptarse a estos cambios?
- A nivel morfológico, algunas especies con el estrés hídrico están cambiando, modificando sus sombreros a otras formas secotiodes o redondeadas, por ejemplo. Es el caso de los hongos hipogeos que han modificado su estructura para redondearse e ir evolucionando hacia una forma de bola cerrada con el objetivo de mantener la humedad. Una técnica para sobrevivir o para aflorar. Su transformación acabará probablemente cerrándose por completo en forma de bola. En Navarra, en la zona de Tudela, se han visto algunas especies. En Euskadi de momento, no.
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- ¿Cómo está afectando el cambio climático al parque micológico vasco?
- En la pérdida de especies autóctonas y la proliferación de especies invasoras. Con la subida de la temperatura, las especies exóticas se adaptan muy bien a las temperaturas altas en zonas de cultivos y están desplazando a otras especies.
- ¿Invasoras?
- En Euskadi tenemos una especie leñosa que se encontró en Rentería en el 2008. En un estudio vieron que vino en un crucero a través de esporas en una madera llegada desde Madagascar. Se trata de la Favolaschia Calocera, de colores muy vivos, anaranjados, y que crece en los troncos muertos. Empezó en robles a fructificar, pero ha colonizado el haya, el fresno y todo tipo de troncos en la actualidad. No sabemos si ya ha llegado a Bizkaia, pero ha colonizado Gipuzkoa.
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- ¿Qué especies autóctonas se están perdiendo?
- La russula virescens (urdina) está en las listas rojas del País Vasco y cuesta verla en los bosques hoy en día. También la Cantharellus friesii.
- ¿Se han contabilizado las especies que están en peligro?
- El Herbario ARAN-Fungi de Aranzadi contabiliza en Euskadi 10.704 especies, de ellas 75 están en peligro de extinción. En ellas se incluyen especies de madera a las que más que el cambio climático, les está afectando el hecho de que cada vez hay menos madera en los bosques. También se incluyen especies que proliferan en los prados y que se ven afectadas por el cambio en los abonos, que cada vez son menos naturales.
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- ¿Cuántas especies han podido desaparecer en las últimas décadas?
- Es necesario hacer más estudios. La lista roja elaborada en Euskadi es de 2004 y aunque a nivel internacional los expertos hablan de la pérdida de especies, necesitamos actualizarla. Pero, al margen de las especies en peligro de extinción, lo cierto es que en los últimos 20 años se ha perdido la mitad de la producción.
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