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Irene Quirante
Málaga
Miércoles, 31 de mayo 2023, 18:06
Actuaban como lo harían los malos de una película de acción. Acorralaban a conductores en plena autovía y, bajo la amenaza de recibir los disparos de un intimidante Kalashnikov AK-47, les obligaban a detener la marcha. Todo para sustraer sus vehículos y darse a ... la fuga. Se habían especializado en este tipo de palos, pero dos asaltos frustrados en mitad de la A-7 marcaron el inicio de la investigación de la Guardia Civil que, meses después, se ha saldado con cuatro arrestos y el desmantelamiento de la trama.
La operación arrancó una calurosa tarde del pasado mes de julio de 2022. Aquel día, los miembros de la red, recurriendo a la violencia y a las armas de fuego, intentaron robar una furgoneta y una autocaravana que circulaban por la autovía A-7, entre Málaga y Granada. Así lo informaron las víctimas en sus llamadas, lo que dio lugar a la rápida movilización de agentes de la Central Operativa de Servicios (COS) del Instituto Armado.
El despliegue de patrullas dio sus frutos al localizar los vehículos en los que viajaban los supuestos autores, iniciándose así una persecución que, al cabo de varios kilómetros, finalizó en la localidad de Algarrobo, donde los implicados, al sentirse del todo acorralados, abandonaron los automóviles para huir a pie.
Los agentes comprobaron que los dos vehículos en los que se movían constaban como robados en las provincias de Murcia y Alicante y que tenían instaladas placas de matrículas falsificadas. En el interior, además, hallaron un subfusil AK-47 y varias tabletas de hachís.
Los investigadores, tirando del hilo, descubrieron que la banda también habría cometido otros siete hechos delictivos en las provincias de Alicante, Murcia y Málaga. Las circunstancias eran muy similares y las nuevas pistas llevaron a la identificación de los cuatro supuestos integrantes de la red.
Sabían quiénes eran, pero el carácter itinerante y la falta de arraigo del entramado dificultó en gran medida la localización de los supuestos autores de los asaltos violentos. Finalmente, tras casi un año de investigación, los agentes llevaron a cabo su último golpe el pasado día 17 de mayo al detener a los sospechosos en la localidad de Cieza (Murcia), donde también se procedió a los registros de sus domicilios.
Los arrestados, de origen colombiano y marroquí, fueron puestos a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Torrox por la supuesta comisión de los delitos contra el patrimonio, pertenencia a organización criminal, tenencia ilícita de armas y tráfico de drogas.
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