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helena rodríguez
Lunes, 11 de octubre 2021, 10:11
Es una estrella. No hay otra forma de calificar a Boji. Hasta la prestigiosa CNN estadounidense le ha dedicado unos minutos en unos de sus informativos, lo mismo que otras cadenas europeas. Esbelto, elegante y .... peludo. Boji es un perro callejero que pasas sus días ... en Estambul y que se ha ganado la fama mundial por su increíble afición a viajar en transporte público. Su cuenta de Twitter, ese nuevo medidor de méritos, suma 70.000 seguidores y subiendo.
Boji (@boji_ist) October 8, 2021
En una ciudad conocida por la abundancia de animales callejeros, uno más o menos tampoco es que llame la atención especialmente. Turquía destaca por su especial protección a las mascotas descarriadas. Desde 2009, allí se castiga duramente a cualquiera que les haga daño o les quite la comida y las autoridades de cada ciudad se ocupan de llevarlos al veterinario. Las que en su día fueron de alguien viven apaciblemente y no temen a los humanos, así que son cariñosos con todo el mundo y modelos de excepción en las fotos de los turistas que los miran con asombro. Pero Boji, un can achuchable y grandote, se ha hecho un hueco en el corazón de vecinos y visitantes.
Le gusta viajar en transporte público. Su favorito es el metro, pero tampoco es raro verle ocupando apacible un asiento (o dos) en los autobuses urbanos, en el tranvía y hasta en el ferry. No se mete con nadie, no ladra a los viajeros y hasta «cede el paso», cuentan los testigos que dan fe de que en estos tiempos que 'sálvese el que pueda' y palizas porque sí, el animal supera al humano en civismo. Así que aunque a veces le guste ocupar dos asientos con su corpachón, el resto de los usuarios se los perdonan. «Es amable y muy tranquilo», cuenta una mujer a una cadena de televisión alemana.
Su cada vez mayor protagonismo ha hecho que la Policía decida instalarle un localizador GPS para seguir sus movimientos. Los datos que ha arrojado hasta ahora el dispositivo también confirman que no es un perro callejero más. En sus desplazamientos ha llegado a pasar por 29 estaciones en un solo día y ha cruzado el estrecho del Bósforo en ferry. Como todo viajero, también tiene sus rutas favoritas. «Suele decantarse por las líneas que recorren la zona histórica», confirman desde la policía de la urbe turca.
«Parece que sabe donde ir», aseguran quienes se lo han encontrado paseando con decisión de un lado para otro. Pocos de los que se lo encuentran se resisten a hacerle una foto, acariciarlo o saludarlo con mimo. Y él se deja querer e inmortalizar sin oponer resistencia. Se siente a salvo. Normal si tenemos en cuenta que vive en un país en el que se aplica a rajatabla el refrán «Si matas a un gato (o un perro), tendrás que construir una mezquita para que Dios te perdone».
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