La investigación de acoso y discriminación sexual contra el reputado biólogo Francisco J. Ayala (Madrid, 1934), afincado en Estados Unidos, se ha plasmado en un informe de 97 páginas que ha desvelado la revista 'Science'. El académico fue apartado a finales de junio de ... todos sus cargos en la Universidad de California en Irvine (UCI). El documento ha sido elaborado por la Oficina de Igualdad de Oportunidades y Diversidad del campus.
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Entre otras cosas, se constata que durante el curso 2014/2015 el científico ya fue llamado a capítulo por «comentarios vejatorios» que no eran propios de «la cortesía o gallardía europea» de las que tanto presume el científico de origen español. La adjunta al rector de la UCI, Kirsten Quanbeck, le alertó de que su actitud «no era bien recibida y debería cambiarla para adecuarse a las políticas de nuestra institución». El código de comportamiento del centro tipifica como acoso «tanto los comentarios y chistes sexuales, como las preguntas sobre la vida sexual y sobre el cuerpo o la apariencia de alguien». Unas pautas que Ayala, presuntamente, se saltaba en sus relaciones con las compañeras de la Universidad.
Tras haberla escuchado en una conferencia, no dudó en elogiar a Kathleen Treseder -actual presidente del departamento de Ecología y Biología Evolutiva- en términos muy pocos académicos: «Te he visto tan entusiasmada que he pensado que ibas a tener un orgasmo delante de todo el mundo». Y más adelante, también con Treseder, fue todavía más lejos al confesarle que le gustaría tocar su trasero, «igual que todo el mundo».
Aun así, no han faltado directivos de la UCI que han disculpado al científico, alegando que su conducta no pasa de ser «cortés» y que en todo caso «estaba siendo malinterpretada». Argumentos que los investigadores, tal como recoge el informe, rechazan sin paliativos: «Los hábitos de interacción social de Ayala iban más allá de lo que era cómodo para un gran número de mujeres tanto en situaciones docentes como laborales».
Además de la denuncia de la profesora Kathleen Treseder, ha tenido mucho peso el caso deJessica Pratt. Hace tres años, cuando esta docente no gozaba de una situación jerárquica relevante -era de 'naturaleza júnior'- se quedó «severamente impactada» con las palabras de Ayala en una reunión. Antes de que ella empezara a hablar, el biólogo le recomendó que se sentara en su regazo «para disfrutar más». La joven denunció la actitud de Ayala a la Oficina de Igualdad de Oportunidades y Diversidad. Ya entonces se recriminó al científico su proceder, muy alejado de la caballerosidad que supuestamente le define.
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El biólogo, por su parte, ha declarado a la revista 'Science' que acusaciones como la del orgasmo son mentira y que sus declaraciones se han tergiversado: «Han convertido actos de cortesía en hostigamiento sexual. En el informe se advierte que hay contradicciones en el testimonio de Ayala y los investigadores muestran «cautelas» sobre su credibilidad.
Código de comportamiento Es acoso tanto los comentarios sexuales como las preguntas sobre el cuerpo o la vida sexual
Presuntas palabras de Ayala «Estabas tan entusiasmada en la charla que he pensado que ibas a tener un orgasmo»
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